| Capítulo IX |

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|Cuando el gran lobo malo viene corriendo por ahí.

Bebé, será mejor que salgas de la ciudad.

Corazones reales están destinados a romperse.

Porque todos tienen una gran deuda que pagar.|

Big Bad Wolf - Roses & Revolutions.

Big Bad Wolf - Roses & Revolutions

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|Killian Haraldsen:|

Sería hoy.

La culminación de meses de dudas, de terrores y ataques de histeria. De planes en contra de mi propia sangre, en contra de mi propia madre. De pensar que no era suficiente, de llorar porque aún era un niño a punto de convertirse en asesino, de desear estar en cualquier otro lugar, siendo cualquier otra persona.

Sin embargo, la diosa en la luna había elegido esto para mi alma. Y quién sabe qué monstruo habré sido en mis anteriores vidas como para merecerlo.

Centrándome en el presente, observé con atención la pared frente a mí, sentado al borde de mi cama como si ésta representara el abismo. Todo cambiaría y sería real, ya no sería algo que pasaría cuando las piezas estuvieran en el lugar indicado. Porque ya lo estaban, y ahora solo faltaba que yo hiciera el movimiento decisivo.

Sujetas entre sí con fuerza, mis manos buscaban temblar. Mi corazón no paraba de bombear. Traté de no centrarme en la parte en la que mis manos se manchan de sangre —figurativamente hablando— y más bien pensé en la otra cara del plan. La parte en donde los brujos liberaban a Darian y lo obligaban a irse, porque cuando todo estallara, no podía asegurarme de que alguien no buscaría que la culpa recaiga en él, cuando yo ya tenía al incriminado perfecto.

El hermano mayor de Valerie, alfa actual de los Dubois.

Según lo que Megan había averiguado para mí, era un maldito tirano que abusaba de todo lo que se moviera. Un ser vil que había tratado a su hermana como una basura que nadie quería, pero que no estaba dispuesto a tirar. Arrogante como nadie, mucho más ambicioso y peligroso que Oliver.

Valerie me contó lo que había dicho, entre risas, luego de que mi madre oficializara el compromiso entre ella y yo. El cómo se había jactado de que ahora no solo tendría a la manada más poderosa en su propio territorio, sino que tendría acceso a una del otro lado del océano. Que él quisiera matar a mi hermano para que yo tomara el poder, dándole aún más acceso a Valerie a los asuntos de los Haraldsen, no sonaba tan descabellado. Incluso me sorprendía de que no se le hubiera ocurrido.

Aunque lo agradecía, ya que en el fondo, no deseaba que el golpe final quedara en otras manos que no fueran las mías. Muy a pesar de mis lloriqueos y quejas, sabía que en mi interior residía un rencor contra mi hermano que no sabía explicar muy bien, pero que deseaba con todas sus fuerzas el por fin quitarlo de mi camino. Un instinto oscuro, salvaje y antiguo que susurraba en mi oído mañanas como aquella, en donde no existía otra voz que pudiera opacar esa.

Una Maldición Inmortal | II |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora