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No saben como pasaron de estar recorriendo el centro comercial, a estar follando en un cubículo de un baño.

Iván se agarraba de Rodrigo como si de eso dependiera su vida, mordía la sedosa tela de la camisa de Carrera. Casi desgarrado la tela.

Los jadeos y las respiraciones entre cortadas eran lo único que se escuchaba en aquel enorme lugar.

Iván montaba a Rodrigo y éste simplemente posaba sus manos en la cintura de Iván, dando fuertes embestidas contra la próstata del azabache.

Diminutas lágrimas eran acumuladas al estar tan cerca del precipicio y no poder terminar. Rodrigo sabía esto, por lo tanto, decidió cambiar de posición.

— mhmg! ¿Qué haces? Bajame, puedo so- —Su protesta es cortada por una embestida que tocó su punto máximo, un gemido se hizo escuchar, que resuena por las gruesas paredes del baño.

La puerta del gran baño del centro comercial se escucha abrirse, Rodrigo e Iván se sobresaltan. El azabache aprieta con fuerza la muñeca del castaño, para que no haga ningún movimiento.

Pero... Rodrigo tiene otros planes.

Su miembro sale del todo y vuelve a entrar en una sola estoncada, hace tocar las estrellas a Iván. Quién simplemente se inmutó a morder su labio inferior, él callaba muy bien sus gemidos, pero con Rodrigo el cual estaba cargado de adrenalina, claramente no iba a poder.

Optó por mejor callar estos sonidos obscenos que salían de sus labios con su mano, fue buena idea, hasta que Rodrigo continua lento pero profundo.

Iván está tan cerca, que cada movimiento de Rodrigo en su interior lo hacía delirar.

El Interior del azabache apretaba tan jodidamente bien el pene de Rodrigo. Imposibilitando un poco la movilidad del castaño.

En cuanto escucharon la puerta cerrarse completamente, Rodrigo embistió ferozmente mientras los movimientos se hacían más seguidos.

Solo por obediencia Iván no grito, una pequeña lágrima se deslizó por su mejilla colorada. Obtuvo su orgasmo, su cuerpo se llenó de espasmos, fue como llegar al cielo para el azabache.

Rodrigo contínuo despacio con las embestidas, solo para no sobre estimular a Iván. Y logró llegar con un gruñido al límite, llenando a Iván, esté solo Jadeo, mirando su abdomen abultado.

El castaño salió del interior de Iván, mientras lo ayudaba a pararse.
















































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ᴘᴀɢᴏꜰᴀɢɪᴀ | ᴿᵒᵈʳⁱᵛᵃⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora