Las clases se volvieron aburridas. Los primeros dos días de clase donde todo era euforia, presentaciones y dinámicas ya habían pasado y el establecimiento había vuelto al protocolo. A los estudiantes sólo les interesaba graduarse y ejercer, y quiénes se habían anotado en más de cinco materias deseaban haber pensado bien antes.
Los profesores en ese lugar eran exigentes, arrogantes, y hacían todo con tal de que personas décadas menores que ellos se sintieran mal con el único propósito de hacer ver que eran "superiores y autoritarios".
Pero Matías no estaba estresado por eso. Allí se destacaba en casi todas las materias, era el alumno estrella. O eso aparentaba, ya que más que inteligente, era lo que los adolescentes llamaban un "matadito".
Ese día, miércoles, tenían matemática por primera vez en la semana. Todavía seguían descubriendo quienes serían los encargados de enseñarles las respectivas áreas.
——Es casi que imposible que nos toque el mismo del año pasado, Blas, calmáte.
——No entendés, Matu, estoy en la lona si nos toca con ese de vuelta, vos porque te va bien en Matemática—— habló con nervios, golpeando la punta del lápiz una y otra vez contra la mesa.
Es que luego de fallar en las semanas de recuperación que le fueron dadas, el rizado tenía que enfrentarse a un examen, el cual determinaría si acreditaba la materia o si la iba a recursar por el resto de año.
Si tenía suerte, podía escapar un poco de ese hombre que detestaba, pero en cambio, si no, tendría que soportarlo presionándolo con que estudie y se pusiera las pilas.
Cruzaba los dedos, pero su esperanza se esfumó cuando de detrás de la puerta se asomó quien menos quería ver. Enzo era conocido por sus colegas por ser rígido, serio, inteligente y no tener piedad, por sus alumnos por ser insistente y estar bueno.
Cuando ponía en la mira a un estudiante, no lo dejaba en paz. El claro ejemplo era el pobre Blas, al cual detestaba por despreocupado e incompetente. Se propuso hacer que sufra y repita la materia, y lo logró.
Viéndolo caminar y acomodarse en el escritorio, el desganado joven se desplomó en su lugar, apoyando el peso de su cuerpo en el respaldo del banco.
——El profe Vogrincic me odia, no me va a dar chance de pasar—— lloriqueó.
——Polidori, cállese—— habló el mayor desde el frente del salón.
Resoplando, Blas le dirigió a sus amigos su clásica mirada de "¿viste lo que te digo?". Pero a medida de que avanzaba la clase, ellos notaban porqué el rechazo irracional del hombre. No fue hasta que la hora terminó que el chico levantó la frente de la mesa.
Aún faltaba un rato de estudio luego de que terminara el recreo, pero Juani tenía otros planes.
——Gurises—— dijo con la pierna apoyada en el hombro de Blas, sentado de cabeza en una banca del patio—— ¿Y si nos vamos? Digo, a mí casa, quedan pocas materias.
——¿Y si vamos a la de Mati mejor?—— se apresuró a sugerir el otro.
——¿Perdón? ¿A mí casa? No, sueñen, está Esteban—— se excusó más que rápido.
Matías vivía con uno de sus pocos amigos, el cual sustentaba todos los gastos tanto de la casa como personales de ambos. Pero temía que esto no perdurará demasiado, y hacía todo para no causarle la más mínima molestia.
——En las últimas salidas estuvimos en casa y en la de Juani, te toca.
Ambos giraron al oír hablar al azabache, no era mala idea, pero para Matías huir de la universidad era un no rotundo. Estudiar no era lo suyo, no le gustaba ni le entretenía en absoluto, ¿irónico, no? Sólo sacrificaba su tiempo libre para poder aprender lo suficiente. No era talentoso como todos creían, su capacidad de retención superaba su conocimiento.
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𝐎𝐋𝐃𝐄𝐑, matíasxenzo.
FanficDespués de un año sin hacer nada y temiendo reprobar la materia, Blas no duda un segundo en insinuársele al profesor. Pese a su insistencia, este deja claro que el único alumno con el que podría meterse era Matías y, desesperado por subir su calific...