Gracias por robarme una sonrisa:

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Y llegaste tú a robarme una sonrisa donde no la había, llegaste para volverme adicto, para abusar de las palabras y de paso provocarme ansiedad.

Porque sí, mirarte es más placentero que observar la vida, mirarte es querer inventar palabras que definan el mar de sensaciones que sueles ocasionar y la ansiedad insistente proviene de los segundos contados que junto a mí esperan ver una nueva fotografía.

Fotografía que suele robarme una sonrisa, fotografía que suele crear mil ideas que al salir ruegan por tu atención para que así las leas y te cuenten qué tan maravillado estoy de ti, de lo hermosa que te ves, de lo atractiva,

delicada y hermosa; y sí, no basta con decir una sola vez que eres hermosa, que la luna te tiene envidia, que las estrellas te admiran y las siete maravillas del mundo anhelan ser como tú.

Llegaste tú para robarme una sonrisa donde no la había, para hacer correr a mi corazón una maratón en el cual la meta es llegar a tu vida y así quedarme ahí en un acto egoísta por hacerte tan feliz como tú me haces sentir. 

Boulevard de las baladasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora