Fuego y estaño:

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Ella es el fuego que arde por encima del mar, la tormenta que arrasa con todo a su paso y el rayo de luz que da esperanza en medio de las tinieblas.

Ella es oro y cobre, aunque para otros es pirita y estaño...

ella es el azúcar que endulza tu paladar y la preciada sal que condimenta tus días, la lluvia que daña tu escape a la playa pero le da vida al follaje de tu

jardín. Ella es fácil de querer y difícil de olvidar, paz en medio de la guerra o una guerra sin calma alguna; la luna que se refleja en el agua, el sol que da vida al esplendor de la luna y aquel eclipse que llega desapercibido y que pocos pueden ignorar.

Así es ella, un poema libre que se ata a la métrica, un acorde séptimo con bemol quinta en mitad de un reguetón y un punto final en la última oración de aquel que te escribe un hola sin hache o tal vez sólo es el punto y seguido que vino a iniciar una nueva oración que trae con sigo las palabras que necesitas para alegrar tus días. 

Boulevard de las baladasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora