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Antes de que sigas, quiero advertir que este capítulo trata el tema del suicidio u.u Por favor, tenlo en cuenta antes de seguir leyendo, tu salud mental es prioritaria y más importante que cualquier cosa.🙏🏻🙏🏻🙏🏻*
Satoru durmió poco menos de media hora después de que Shoko lo dejó. Despertó sudado e inquieto. Sacó una pelota de debajo de su cama y comenzó a tirarla contra la pared. Necesitaba pensar.
"Veamos, Satoru. Haz lo que siempre te han enseñado y ponte en el peor escenario: Geto Suguru es en realidad un histérico que ha leído sobre ti toda su vida, tiene fotos tuyas en su habitación y se toca pensando en ti. Se enrola en la escuela, se hace el cool para hacerse el interesante, pero no le resulta. Llora desconsolado al darse cuenta de que tú eres mucho para él, entonces no se le ocurre nada mejor que ir donde esas casamenteras de montaña y pedirles un hilo rojo. Ahora te amarró y te tiene pensando en él." El albino dejó que la pelota le pegara en la cabeza. "Seré imbécil. Si quisiera hacer eso, no la habría exorcizado. Pero...". Gojo miró su mano y sintió pequeños pulsos. Si Suguru la había atrapado, ¿por qué le seguía molestando? Algo no tenía sentido. Se llevó un dedo a la boca, listo para morderse las uñas, pero tenía gusto a algo parecido al jabón.
-PUAJ, ¿Qué mierda? Aaah.
Gojo recordó que Suguru le había arreglado las manos. Sintió mucha vergüenza. Sus manos realmente podían ser un asco. Shoko le aconsejaba constantemente que se las cuidara no sólo por estética, sino porque eran una parte importantísima de su vida como hechicero. "Con ellas conjuras. Es darte amor a ti mismo, menso", le decía. Satoru se las olió. Vainilla. El flequillo olía un poco a eso. Volvió a tirar la pelota contra la pared. "No tendría porqué haberlo hecho. Me he portado como un verdadero imbécil con él, ni sé por qué. Sólo estaba intentando ayudarme. Yo...Yo no lo habría hecho. Supongo que soy peor persona." Se sacó el pijama y se vistió. Decidió que iría a disculparse. Antes de salir de su habitación, sacó su Nintendo DS. Para Satoru no había mayor ofrenda de paz que invitarlo a jugar.
La puerta de Suguru estaba cerrada. Satoru iba a golpear cuando escuchó hablar a Shoko.
-Vaya, guapo. ¿Por qué quieres irte?
-No es por él.- la voz de Geto, seca.
"¿Quiere irse? ¿No por mí?". Gojo no sabía si interrumpirlos.
-Vamos, no le diré a Satoru.
-Ja, ¿Puedes adivinar lo que pienso?
-Claro, claro. De todas formas, me dijiste que no tenía que ver con él, por lo que tampoco es importante si llega a enterarse ¿no?
El seis ojos se apoyó contra la pared. Ahora sí que no iba a entrar. Pensó en volver a su habitación, pero no pudo resistirse a escuchar.
-No sé si este lugar sea apropiado para mi. No lo he pasado muy bien este último tiempo y este tema con Gojo Satoru no me está ayudando.
-¿El tema del...?
-No. Ese tema está superado y la maldición está en mi inventario.
Escuchó la risa de su amiga. Seguramente había hecho algún gesto para molestar al flequillo.
-¿De qué te ríes?- la voz de Suguru se escuchó muy seria, casi agresiva. El albino pensó que si volvía a hablarle así a Shoko, entraría. Ya no tenía muchas ganas de disculparse.
-Lo siento. Es que realmente no he estado bien.- continuó el hechicero.-¿Qué les dijo Yaga Sensei sobre mi?
-Que no eres de ningún clan, vienes de un pueblo cerca de Sendai y eres categoría especial.
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Maldito: Satoru [SATOSUGU]
Fanfiction¿Geto Suguru? ¿Ese emo del flequillo ridículo? ¿Enamorarse? Nah. No hay forma de que el magnífico Gojo Satoru pierda la cabeza por un plebeyo que no puede estar cinco minutos sin estudiar. Tendrían que maldecirlo. O estar destinados. O ambos. Veam...