✧ ── Te extrañaré más que a nadie en mi vida. ── ✧
Hicimos lo posible para estar juntos este día, patrullando, hablamos de lo que habíamos hecho, claro no dando mucho detalle sobre aquellas batallas, no necesitábamos saber eso, no quería saber si estuvo a punto de morir en algún momento, si lo decía podría romper en llanto.
Al fin me sentía completo, sentía mis fuerzas volver, no me considero alguien débil, puede que en el pasado lo era, pero ya no, y si él estaba junto a mi, me sentía invencible. Al principio ambos estábamos algo serios, pero no incomodos; en unos minutos sonreíamos como solo nosotros sabíamos, él mostrando aquellos dientes y yo con esa gentilidad, o eso es lo que Alfred dice.
Era noche, el día había pasado muy rápido, teníamos que ir a nuestras respectivos lugares, ambos en sentido contrario, era momento, pero no una despedida, eso lo siento como si jamas nos fuéramos a ver, así que le dije.
—Hasta luego, nos vemos mañana, recuerda, hay que patrullar —le guiñe, el rio.
—Hasta luego Leo —soltamos nuestras manos, tal vez nos estábamos arriesgando, pero por el momento solo éramos nosotros, siempre que estuviésemos juntos, los demás no importaban.
Yo me fui por mi lado y él por el suyo, esta noche volvería a descansar.
✧ ── Te amo más que a nadie en mi vida. ── ✧
Me levante y prepare para empezar el día, hoy planeaba decirle lo que tal vez prometí no haría, le diría mi sentir y saber si acaso el también me correspondía, ojalá que si, ya me estaba poniendo nervioso y no lo he visto.
Nos encontramos, igual que ayer, patrullamos juntos mientras charlábamos animadamente, aún no me sentía listo, le diría en la noche. Además no me lo hace más fácil si sigue mirándome así.
Era tarde ya, era momento de decirle, no había mucha gente, el sol apenas si se estaba ocultando.
—Alfred.
—¿Qué pasa?
—¿Puedo confesarte algo? —asintió, sentía como palpitaba mi corazón, como si fuera a salirse, mi estomago se revolvía, respire hondo y exhale—. Te amo más que nadie en la vida... —no lo dije muy alto, pero si para que lo escuchara, él estaba atónito, empece a preocuparme, tomo mi muñeca, me sorprendió, me llevo de nuevo a un callejón, uno sin salida, por suerte no había nadie. Me sorprendí, pues Alfred me tenía acorralado, pero no me sentía asustado, no con él, no tengo motivos para temerle. Se fue acercando a mi, cerré los ojos inconscientemente y sucedió, lo abrace, él puso sus manos sobre mis hombros, todo se sentía irreal y me gustaba.
—Deberías saber que yo también te amo... —reí, luego él me siguió. Por fin nos habíamos dicho aquellas palabras, lo siguiente que paso, simplemente me estaba gustando mucho la sensación, no me lo podía creer, ahora estamos unidos y será difícil separarnos.
Salimos al aire exterior, juro que el mundo se veía diferente, pero lamentablemente debíamos irnos, esta vez no dijimos nada, dejamos que nuestros ojos se encargaran de ello. Asentimos y cada quien se fue por su lado.
Me dirigía dónde me estaba hospedando, no se que hora era, simplemente vi un destello, caí en cuenta, estábamos bajo ataque, ví que había más y más, trate de seguir a Alfred, sentía que todo empezaba a temblar, solo quería verlo de nuevo, no se, algo me decía que esto no terminaría. Me alegre y relaje, ahí estaba, volteo, se sorprendió, no le di tiempo de hablar, lo tome y corrimos, tan rápido como podíamos, no se en que punto no podía escuchar, eran demasiados explosiones.
Sentí como éramos arrojados, todo se estaba cayendo, sentí como todo se oscureció, tenía miedo, pero lo último que sentí, fue como él tomaba mi mano.
Con esfuerzo abrí los ojos, me sentía mal, me sentía paralizado, no quería aceptarlo, me dolía el cuerpo, pero aun estaba sujeto a Alfred, voltee a verlo, me dolía verlo así, estaba lastimado, ví que movía los labios, trate de escucharlo, seguramente me hablaba lo más fuerte que podía, sin embargo lo escuchaba como un susurro, pero lo último pude entenderlo, despedida.
—¡No! —grite, me sentía mareado—. No di-digas eso, n-no pienso despedirme de ti —estaba llorando, él apenas había soltado una lagrima.
Mi audición volvía por momentos, era gracioso, todo se había calmado, solo lo escuchaba a él, lo demás ya no existía, ¿estábamos muertos?, si fuera el caso me alegraría, porque al menos seguíamos juntos, como lo habíamos prometido. Pero su voz me saco de mis pensamientos.
—En-entonces será un hasta luego —sonrió débilmente, lo había escuchado perfectamente, es cierto, esto no era un despedida, le sonreí.
—Hasta luego...
—T-te amo...
—Ta-también te amo...
Empecé a cerrar los ojos, sin dejar de sonreír, antes tenía miedo, aquella vez que me dispararon también sentí aquel miedo, al final, se que no temía por la muerte, no había que temerle. Le temía morir y dejar a Alfred solo, pero ahora, ahora se que el está aquí, conmigo, incluso vuelvo a sentir aquella paz. Volvemos a tener catorce años, cuando te conocí, mirándonos fijamente, sin dejar de sonreír.
Estoy en lo que parece ser mis últimos minutos de vida, puedo oírlo, una melodía, había una canción que me hace recordarlo, pensaba y que la escuchara cuando nos reencontramos, se que le hubiera encantado, me alegra saber que está aquí, conmigo.
Supongo y las otras veces no moriría, pero creo que es hora de decirle adiós al mundo y a todos. Mamá, papá, jamás los olvide, incluso me imaginaba un mundo en el cual aceptarán a Alfred y mis sentimientos que tengo sobre él, ¿cómo sería eso?, me da curiosidad saber como será el futuro, ¿cómo sería nuestras vidas? Amigos, jamás los volví a ver...me hubiera gustado compartir más con ustedes.
Alfred, no pienso despedirme de ti, no aún, se que tenemos mucho por vivir.
Quizá en otra vida...
Quizá en otro tiempo...
Quizás en otros cuerpos y terminemos lo que iniciamos.
Yo solo espero poder reencontrarme contigo nuevamente, volver a tener esos momentos tan felices una vez más, aún sigo y seguiré sintiendo lo mismo por ti.
Te estaré eternamente agradecido por todo. Tu sonrisa siempre fue el oasis de mi desértico corazón. No sé si la vida nos vuelva a unir, pero si no...solo quiero que te pase lo mejor en tu próxima vida (tu más que nadie se lo ha ganado).
Siempre te voy a guardar en mi corazón.
Te amo...
Y hasta la próxima.
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Algo sobre nosotros [En edición]
Ficción históricaTrípoli (Libia), 14 de febrero, 1941 De: S. L. Para: quien sea que lea esto ¿Qué debo hacer cuándo te das cuenta de qué existe una conexión significativa por ese alguien especial? Bueno, es muy ambigua esa pregunta; para alguien más puede ser tan se...