Capítulo 3

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Aenys:

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Aenys:

Me remuevo, mi cuello duele ¿dónde estoy?, ¿qué me pasó?, concéntrate, me digo a mí misma.

Bailando, si, estaba bailando para ese hombre, no sé qué me pasó, quería que estuviera a mis pies, que se derritiera por mí y así lo hice, porque seducir, hechizar y hacer que me deseen es uno de esos dones que tengo, de los pocos que me quedan

Soy una nefilim, pero no una cualquiera, cada estirpe tiene su creador, para mi desgracia mi papá fue el rey la nuestra, la de Lucifer, una vez cada milenio nace uno que tiene contacto con su creador, que es muy parecido a él, para mi mala suerte yo soy esa, esa que hacía más de 3500 que no nacía, seducir engañar y ser deseado es su especialidad y por ende la mía, desprendo una clase de hormonas que hace que sea prácticamente irresistible

Termino de levantarme completamente, examino la habitación, es muy bonita y masculina, azul rey y negro. Esto no me gusta, donde estoy dios

Mi pregunta queda en el aire cuando el ambiente se llena de ese aroma tan conocido para mí, pero es mucho más exquisito que antes, tan fresco, varonil y extremadamente enloquecedor, a sándalo, ámbar y como a agua de coco tan fresco que me hace salivar

Es imposible, lo maté, yo lo mate, no puede ser, no, no, no, no, yoooo lo mate, lo mateeee, mi cuerpo empieza a temblar estoy al colapsar, la puerta es abierta dejándome ver a ese despampanante rubio platinado, cabello largo suelto en hondas naturales hasta sus hombros, uno noventa y cinco, tatuajes esparcidos por su perfecto cuerpo definido y marcado, esos deliciosos y perfectos labios, estoy mal como puedo pensar así del hombre que abuso de mí, que me maltrato durante años. Cuando me encuentro con sus ojos esos recuerdos viene de una, sus pupilas teñidas de rojo, de un escarlata profundo haciéndome temblar de miedo

-Hola mi ángel -me sonríe de lado de esa forma despiadada como solo el puede

-Es imposible-niego una y otra vez presa del miedo- yooo, yoooo, yoo

-Me mataste-sonríe sínicamente

Todo viene de golpe a mi mente

Mis manos sudan, estoy muy nerviosa tiene que funcionar, tengo que salir de aquí, tengo que huir y esta es la única forma

La puerta de abre y ahí está él, su largo cabello platino suelto, su mirada profunda, amenazante, dura, con esos ojos tan poco comunes, uno tan negro como el azabache y otro de un escarlata sangre, su cuerpo expuesto tapado solo con bóxer negros

Es un hijo de puta, pero no creo que exista un hombre más hermoso, es terroríficamente hermoso, ese torso marcado y tonificado con preciosos tatuajes esparcidos esporádicamente, algunos árboles, un reloj un poco extraño, figuras geométricas, pequeños números, códigos y ese lobo que tanto me gusta en su antebrazo, terminado con mis ojos en medio de su pecho, ¡este tipo está realmente desquiciado y obsesionado conmigo! lo escaneo y él sonríe, cada pequeña acción le da más credibilidad a mi actuación

-Mi ángel, no sabes cuánto he deseado este momento -lo miro, esa sensación extraña se instala a mí, dudas, dudas que no debería sentir 

Se acerca tocando mi mejilla, nunca había sido tan delicado, párese otro, pero eso no evita que mi cuerpo tiemble de miedo

-No te are daño, lo prometo, será diferente

Me mira a los ojos y un escalofrío recorre mi cuerpo, se me acerca, huele mi pelo, luego mi cuello haciéndome rendir cuando su lengua acaricia su marca, la que grita que soy suya, sus iniciales Oberyn Marchetti, pasa su mano por mis brazos

-Te amo-no sé cuántas veces he estado tentada a creerle, pero el que ama no daña- por favor tócame, tócame como yo lo hago mi ángel

Pronuncia entrecortadamente, paso mis manos por su torso, su piel se calienta por mi toque, de inmediato llego a su rostro tocando su mejilla para luego unir mis labios con los suyos, nunca nos habíamos besado, nunca nadie me había besado y él lo sabe, tira ligeramente mi labio inferior robándome un gemido que aprovecha para introducir su lengua, dios mío es maravilloso, acaricia, lame y mordisqueando mis labios enviándome  escalofríos por todo mi cuerpo, va llevándome lentamente para mi cama hasta dejarme ahí, haciendo que la toalla caiga de mi cuerpo, me mira y una sonrisa tierna se dibuja en su rostro ¿Quién es este hombre y que hizo con la bestia?

Sus labios en los míos, luego van bajando por mi cuerpo, llegando a mis senos atendiéndolos mientras una mano baja a mi entrepierna introduciendo dos dedos en mi interior robándome un gemido

-Gracias mi ángel, gracias, por primera vez dejarme darte placer-a pesar de que estoy sintiendo este cosquilleo y eso que está explotando dentro mío me siento sucia, ese asco no termina, esos recuerdos, sus golpes sus constates violaciones, lo tengo ahí, en mi mente, vacíala al notarme rígida 

-Será diferente, te lo prometo, seré diferente-asiento, lo tengo entre mis piernas

Se va adentrando lentamente en mí, toma mis labios mientras me besa y mueve sus caderas lentamente, debo admitirlo es delicioso, gimo y él lo toma como una súplica, aumenta sus movimientos convirtiéndolas en fuertes estocadas, estocadas muy placenteras, besa mi cuello acercándose a mi oído

-Te amo -esas simples palabras me sacan de su mundo, este hombre me secuestro, me violó y mató a mis padres, me volteo poniéndome a horcajadas sobre él y suelto las hormonas, las necearías, está idiotizando, me muevo sensualmente sobre el llevando mi mano bajo la almohada sacando la daga de plata, lo levanto toco su rostro y atacó sus labios

-Perdón - susurro sobre ellos, de sus labios no sale ni una sola palabra, está llena de sangre, su frente se une con la mía, sus ojos se vuelven escarlata ocultando esos tonos negros que tanto me gusta

-Te amo-pronuncia antes de cerrar sus ojos

-Pero aquí estoy -me dice, lo miro directo a los ojos y ese escarlata reluce tenebrosamente, ya no hay rastro del negro, ya no hay rastro humano

Endless PainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora