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CAPÍTULO 3
LA CURIOSIDAD DEL GATO
La primera cita fue básicamente para recopilar mis datos, por lo que llegó a término temprano y salí toda tímida de la oficina. Vaya, que hombre tan cool. Debí haber estudiado psicología en lugar de pedagogía, así tendría una oficina linda en el centro de la ciudad en lugar de grabar porno desde mi habitación.
Aunque, me gusta.
Gracias a buscar mi propio placer consigo mucho dinero, gracias a llegar a los orgasmos, la gente me paga, aunque no siempre llego al orgasmo, muchas veces lo finjo porque no encuentro algo que me satisfaga. Esto me está pasando últimamente. Los vibradores que tengo se me hacen aburridos, quizá debería probar el anal, pero eso si me da pánico que nunca me he metido nada por allí.
En una de esas me acabe por comprar más consoladores, uno diferente no se me haría tan común quizá. ¡Dios no sé que hacer! Ay, ¿acabo de nombrar a Dios en una conversación sobre consoladores? Bueno, ya qué. La cosa es que tengo una cosita aquí en pecho, que no sé qué es; podría ser como un vacío.
¿Habría llegado el momento de retirarme de las redes? ...No.
Alexander me había dado una cita para un par de días, debía acomodar un poco mi pensamiento y mis recuerdos antes de continuar. De igual manera, las citas baratas no son y deseo mejorar para ser una mejor yo, no quiero cambiar, me gusta como soy, pero si quiero ser mi mejor versión. Por la mierda que cliché sonó eso. Pasaron los días y yo seguía grabando para dejar material listo, estoy en mi momento de inspiración y quisiera aprovecharlo.
Es lo que solía hacer, de hecho el único momento en el qué comparto con mis seguidores es durante las transmisiones en directo, allí recibía bonificaciones por todo, regalos de los internautas, regalos de la plataforma debido a la cantidad de personas viendo el live, etc. Tenía regalos de medio mundo, al igual que uno que otro convenio con alguna sexshop, que me enviaba productos cada mes gratis a cambio de promoción.
Miré la esquina de la caja rosa que sobresalía debajo del tocador, estaba un poco abierta y fue su peluche brillante el que me acabó de llamar la atención. Sin apagar la cámara me levanté y caminé para tomar la caja; era el canje del mes y no lo había usado. Acabé de abrir la caja aún oyendo el vibrador sobre la cama. Había un tapón del que sobresalía una especie de peluche rosa, una cosa muy parecida a... ¿una cola de conejo? Carajo, furra no soy.
Pero dinero es dinero.
El sonido fuerte de una bonificación grande en la transmisión me llamó la atención, corrí frente a la pantalla para ver de cuanto era. "100.000 CLP han sido depositados a tu cuenta". —Oh mierda.
"Sigue con lo tuyo y yo seguiré depositando, preciosa" era lo único que decía el mensaje junto a la notificación. Este era una persona bondadosa o era un enfermo de primera, pero gracias, gracias persona que le deposita casi el sueldo completo a una random del internet. —Muchas gracias, cariño.
