Leo sangraba. En ese momento no recordaba porqué, pero algo muy grave le había sucedido. Debió ser tan horrible que incluso su tío Julián, quien hace años se había hecho un corte en su dedo, perdiéndolo en el proceso, se espanto demasiado que apenas pudo verlo vomitar.
No solo sangraba, estaba en el suelo tirado, sin poder moverse. Antes de perder el conocimiento, vio cómo su abuela Carmen y su madre Clara llegaban con unas toallas para después llevarlo hasta dentro de la casa.
Pasados unos minutos, abrió sus ojos. Se encontraba en su cama acostado, mientras a su izquierda estaba su madre Clara hablando por teléfono. El volvió a mirar su entorno hasta levantarse de su cama. Tras eso, su madre dejó el teléfono para ir hacia él y abrazarlo. Ella estaba al borde de llorar.
-Ay, Leo, hijito... -dijo con una voz suave que siempre tranquilizaba a Leo. Era algo que ella hacía cuando era más niño. -¿Cómo te sientes?
-Con mucho dolor. -dijo, y no sabia porque. Más bien, no recordaba porque. -¿Que paso? -Pregunto, y Clara suspiro.
-Cayo algo como una bola metálica del cielo. Te acercaste a ella y salio algo raro en forma de círculo y de metal. Se te subió al brazo derecho y empezó a arrancarte la piel y metiéndose dentro de tu muñeca. Fue...muy grotesco de ver...
Leo levanta su brazo para comprobar lo que había dicho su mama. Parecía una locura, pero al llevar el brazo a la par de sus ojos fue más que suficiente para saber que Clara no mentía: un círculo se había puesto en su muñeca derecha, y a los otros lados del brazo hasta el codo habían pequeños cables, extensiones, más bien, acomodados por el brazo. Leo quería gritar, pero algo le impedía. Por alguna razón, el dolor que había sentido al levantarse de su cama había desaparecido tras revisar su brazo.
Clara y Leo bajaron a la sala, en donde Leo se encontró con toda la familia reunida. Desde su tio Julian, quien hace dos horas y media había vomitado en el patio, hasta su abuelo Héctor. Parecía que iban a decirle algo importante, pero no fue el caso. En su lugar le preguntaron cómo se sentía, y Leo siempre respondía que asustado y confundido.
Pasado un rato, Leo estaba en el patio junto aquella cápsula (porque eso es lo que era) que había caído desde el cielo y soltado aquel extraño objeto que él ahora tenía en su brazo derecho. Decidió no inspeccionarla por si hay algo más peligroso en ella, así que se sienta en las sillas que habían ahí. En ese momento, Leo empieza a recordar...
-¡Hey mijo! ¿Quiere otras tres quesadillas? -Era su tío Emilio. Hace tres horas, una fiesta de en la casa de los Martínez había sido llevada a cabo tras la graduación de preparatoria de Leo. Estaban ahí todos los que le importaban, hasta su bisabuelo Andrés.
-¡Deme cinco, tio! -Respondió. Ante eso, una carcajada se generó en la mesa en la que estaba. Compartía mesa con sus otros dos tíos, Julián y Beatriz, quienes hace medio año se habían casado.
-Mijo, no se ponga gordo. -Comentó su tío en broma.
-Ña, tio. -Respondió Leo. Entonces, había sucedido.
Algo entro a la atmósfera de la Tierra. Era aquella cápsula. Se desplazó por todas las capas hasta aterrizar en Mérida, México. Caía cerca de la casa de Leo. Su padre, Daniel, fue el primero en ver dicho objeto cayendo como una bola de fuego en dirección al patio donde estaban. Grito. Todos vieron la gran bola de fuego hasta que esta cayó en el patio de la casa. Afortunadamente todos se habían apartado antes de que la cápsula impactara contra el pasto del patio. Leo fue quien decidió acercarse a la cápsula. Al acercarse, esta se abrió y de ella salió humo. Luego, algo azul brillaba desde adentro, así que Leo decidió extender su brazo para tomar lo que sea que estaba ahí. Sin embargo, ese fue su error.
Aquel objeto extraño con forma de círculo había saltado a su brazo derecho como una hormiga. Leo se asustó, al igual que toda su familia. Sin embargo, lo peor solo sucedería después. Aquel extraño objeto circular se arrastró hasta llegar a su muñeca y fue ahí donde unas piernas de insecto salieron sobre sus extremos, para después arrancar toda la piel del brazo de Leo, soltando también charcos de sangre por el patio. Los gritos de Leo no faltaron, era un tipo de dolor que nunca había experimentado. Luego de que su piel sea arrancada y parte de sus huesos estaban expuestos, las piernas del círculo se retrajeron hasta que el objeto se metió en la muñeca de Leo. El dolor no paró ahí, ya que Leo sentía como algo crecía desde su muñeca hasta su codo, algo puntiagudo y que dejó su brazo completamente lleno de sangre. De pronto cayó, y fue ahí donde vio a su tío Julián vomitar y a su madre y abuela acercarse a él.
Aproximadamente en una hora y media, Leo se encontraba acostado en su cama, pensando en todo lo que acaba de ocurrir hoy por la tarde. De vez en cuando miraba aquel objeto que ahora yacía en su muñeca derecha, mirándolo con miedo. Leo pensó que gracias al objeto podría infectarse de alguna enfermedad desconocida y matarlo en cualquier momento. Al cabo de un rato, cayó dormido y, sin que se diera cuenta, el objeto brilla de un color azul.
A la mañana siguiente, Leo se despierta, pero nota que sus ojos son diferentes, como si tuviera puesto unos lentes azules. Se levanta de su cama hasta llegar al baño, en donde, al verse en el espejo, se observa a sí mismo totalmente diferente. Su cara estaba envuelta en un casco de colores blanco, azul y gris, además, sus ojos eran celestes. No solo eso, el caso que había en su cabeza tenía antenas en donde van sus orejas. Levanta sus manos para tocarse la cara, pero ve que hay partes de una armadura rara por todo su cuerpo. Sus dedos de carne fueron reemplazados por dedos metálicos azules, además de que en su pecho yace una V celeste.
Tras gritar por lo que acaba de ver, baja hasta la sala de su casa, donde estaban su tía Beatriz y su hermana Mónica. Ambas voltearon sus miradas hacia él solo para ver que Leo estaba cubierto por una armadura tecnogranica: algunas de las piezas de este traje parecia que tenian vida propia, como un simbionte. Mónica fue la primera en llamar a sus padres para ver a Leo con la armadura extraña puesta.
-¿Leo? -Preguntó su padre Daniel, quien no quitaba los ojos encima de Leo usando la armadura.
-Mijo... -Una tercera voz, esta vez de su abuelo Héctor, quien estaba sentado en la cocina junto a Julián. .
-¿Que carajos es esto? -Preguntó Leo con miedo y mirando su armadura. Movía sus brazos a la vista de sus ojos, y noto que el círculo que se había incrustado a su mano brillaba más intenso, como si tuviera algo que ver.
En eso, un panel de imágenes acompañado de un idioma extraño para él aparecieron en su casco. Los símbolos extraños se transformaron al idioma español deinmediato, y Leo solo pudo leer "sincronización con el huésped completada". De pronto, una voz.
-Hola. Soy su Asistente Mecanizado Creado para Ayudar. Usted puede llamarme M.A.C.H., y estoy aquí para enseñarle a manejar este traje. ¿Con que le gustaría empezar? -Era una voz robótica que Leo solo podía escuchar en su cabeza. Nadie más en la sala la podia oir.
-Como...¿Como me quito esto? -Preguntó Leo hacia la voz robótica, dejando aun más confundida a su familia.
-Es muy fácil. Usted solo tiene que pensarlo para que así los sistemas detecten que ya no quiere seguir usando la armadura de Caballero Centinel. -Dijo aquella voz. Al lado de su ojo derecho dentro de su casco, Leo observo una sección que decía "armamento". Con solo pensar en eso, su brazo izquierdo se transformó para ser reemplazado por una cuchilla de energía azul, lo cual sorprendió a su familia. -Parece que encontró el sistema de armas. ¿Deseas desactivar la cuchilla?
-No... -Dijo Leo, para después observar su brazo nuevo, siendo ahora una cuchilla de energía que desprendía calor. Leo decidió salir al patio con la cuchilla activada hasta acercarse a una vieja mesa de madera. Alzó el brazo, para después bajarlo y termino por cortando aquella vieja mesa de madera. -Esto es...
-¿Cómo se siente?
-¡Genial!
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The Sentinel Knight Libro 1
Adventure"Solo nosotros sabemos nuestro verdadero potencial" Un joven de 18 años se ve incluido en una guerra universal cuando, debido a ciertos eventos, un talismán extraterrestre se adhiere a él y a su ADN. Ya que quedan pocos héroes que le hagan frente a...