XIII

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Se trataba de algo inevitable el estar preocupado por el integrante más joven del equipo y mantenía su inquietud, sin embargo no puso en opción el mostrar aquella emoción frente a sus amigos, consideraba que la mejor decisión se trataba de mostrarse confiado en que al final todo resultaría bien, su actitud positiva y alegre muchas veces ayudaba a transmitir calma, y resultaba en un mayor peso al tratarse del líder del equipo.
Aún así, en esos momentos, aprovechando la soledad de la habitación, profundizaba en sus pensamientos, mientras estaba sentado en la otra cama, inclinado hacia delante para recargarse con sus codos sobre sus rodillas y apoyar su barbilla en su mano que daba rascas sobre su abundante barba blanca. Por alguna razón desconocida y meramente conocida por aquellos con barba, está acción parece ser de ayuda para el desestres y abundancia en pensamiento (no tengo ese conocimiento, es una teoría).

La hora no le parecía de relevancia, podría estar el sol ocultándose, pero permanecería en aquella habitación para esperar, no buscaba que la espera fuera pronta, desde un inicio conocía que la paciencia iba a ser lo escencial.
Desde un inicio se ofreció para cuidar del menor, siendo claro al estar reposando en su taller, más aún así a quien se le dió la tarea de esparcir la esperanza se opuso y decidió por él mismo que sería quien vigilará al menor.
No sé trataba de estar inseguro que fuera él quien cuidara de Frost, era capaz de estar súper seguro que el albino estaba en buenas manos, pero aún así se encontraba esa insertidumbre, una que provocaba la necesidad de esperar lo inesperado. La idea de que Jack no planeo contarles de sus heridas le daban aquella reacción de necesitar saberlo todo, del cómo fué que se hirió y del por qué no quizo decirles. Tenía ahora atascado en su mente pensamientos acerca de que podría ocurrir algo más, más inesperado y menos pensado, porque hace horas en la cena todo era calma y sonrisas luego de un trabajo que resultó entretenido para relajar al equipo, trabajo que fué ideado por quien ahora estaba herido. No le parecía justo que un suceso así ocurriera, agradecía al hombre de la luna que no llegó a mayores, pero aún así no se permitía perdonar ante la impotencia de creer que pudo haber hecho algo. Pero por supuesto que no, ¿Cómo iba a saberlo?
¿Pudo haberse enterado? Creía que si, en la cena notó extraño a Jack e intento averiguarlo, pero con ese "intentar" le parecía absurdo, debió de haberse negado a qué Jack se quedará en aquel lugar, debió haber buscado alguna excusa para que fuera con ellos.

Simplemente no aceptaba el hecho de que por poco perdía a su compañero. Un pensamiento, según para Conejo, un poco exagerado pero no se debían mentir, si fué herido dos veces, hubo la posibilidad de que llegara en su corazón, no podían mentir en que no conocían lo que realmente ocurrió y por ende pudo haber ocurrido lo peor, y ese peor, lo más probable es que no se habrían enterado ellos hasta que fuera muy tarde.

Ya lo que le ocurría era aquellos momentos donde reflexionaba de más e innecesariamente, escenarios ansiosos que ocurrían en su mente y temía porque en algún momento se cumplieran.
Sacudió su cabeza para seguido gruñir por la rabia que le daba cada que se percataba y volvía a esa rutina de solo estar pensando en aquello no relevante para el presente.

-- ... Jack.

Al hacer mención del nombre, se levanta con la ayuda del apoyo en sus rodillas y se acercó a la cama del menor, quien no había mostrado alguna señal de movimiento en todo el día. Cosa que, inevitablemente, resultaba extraño y anormal observarlo en aquel estado debido al usual comportamiento hiperactivo del albino, comportamiento que esperaba tener de vuelta pronto y que ya comenzaba a extrañar.

-- ... ¿Puedes escucharme?

Cómo había pasado media noche y todo un día, esperaba que ante su llamado existiera alguna posibilidad de despertarlo, si bien la esperanza se encargaba de Conejo, esperaba asombrarse por el abrir de los ojos del menor, pero no pareció haber resultado su idea.
Tenía puesta su mano gigantesca sobre la diminuta mano del albino, que se encontraba por fuera de la sábana. La diferencia de tamaño era obvia desde mucha distancia, pero en otro aspecto los dos eran similares.
Los dos sonreían como ningún otro, radiaban felicidad pura, los dos expresaban lo positivo como podían, la perseverancia era algo característico de ambos, el gran apoyo al resto de los integrantes ante la fuerte lealtad y daban permanencia a la calma y risas ante todo. Demaciadas similitudes que Norte fue capaz de descubrir a través de los años, encontrando que entre los dos existía una gran amistad y que poco a poco se convertía en un lazo que comúnmente debe ser de sangre, pero no le veía necesario aquello. Una mente vieja pero todavía con su chispa con una mente joven y rebelde que tenía más comprensión de los niños que nadie, una grandiosa combinación ante el asombro que puede traer las maravillas de la diversión.

° ~ [ Un Poco De Paz ] ~ ° // El Origen De Los Guardianes //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora