° ~ [ Un Poco De Paz ] ~ ° // El Origen De Los Guardianes //

V

El blanco comenzó a aparecer de a poco por las tierras, esperando a cubrir una gran porción de éstas, tal paisaje hermoso de una bella combinación de lo verde siendo tapado de a poco por la blanca nieve, cualquiera vería tal imagen, aquello lo hacía el guardián de los sueños, sin embargo el propio guardián que ocasiona todo esto se encontraba probando el como quedaban las colinas cubiertas de nieve deslizándose por estás con un trineo.
Para este guardián existía lo primordial que era, en vez de admirar el escenario, dar prueba de si su nieve era suficiente para los niños o si se requería de más.

-- ¡WIIIIIIIIIIIIIII!

Exclamaba de emoción el guardián invernal sobre un trineo que tomo prestado de una de las casas y usaba para deslizarse felizmente por las grandes colinas; para cuando frena, con el trineo en brazos regresaba volando de regreso a lo más alto de la colina, dónde Sandman se encontraba sentado observando al contrario.

-- ¡Meme! ¡Deberías intentarlo! ¡Es divertido!

El guardián que repartía sueños, levantó el dedo índice en señal de tener una idea, se levantó para levitar hacia otro extremo de la colina, y se deja caer de espaldas a la nieve, para luego comenzar a agitar de costado a costado sus brazos y piernas.
Sandy se había puesto a hacer un ángel de nieve, a lo que cuando el guardian dorado termina, Frost se acerca para admirar la obra de arte hecha por el contrarió.

-- Jajaja, ese si es un verdadero ángel de nieve. Hasta tiene sus brillitos, jaja.

Cuando Meme se había levantado, pequeños rastros de polvo dorado quedaron impregnados en la nieve, dejando marcado como si fuera un verdadero ángel el que hubiera dejado aquella marca en la nieve, a lo que el guardián responsable de esa marca sonríe orgulloso por su obra maestra.

-- ¿Entonces también te vas a deslizar?

El como el soñador responde, fue tomando el trineo que el contrario tomo "prestado", se acercó a la orilla de la colina, para luego montarse al trineo y le da señas al albino para que se le acercara y le diera un empujón, a lo que Frost hace caso, se acercó a Sandy para colocar sus manos sobre los hombros de este y seguido darle un buen empujón para que cayera de la colina, deslizándose por este; entre tanto en la caída de Meme, este tenía alzado ambos brazos para sentir la adrenalina de la caída a su máximo esplendor y como si estuviera gratinado "WIIIII" como Jack.

-- ¡Jajajaja! ¡Eso, Meme!

+ ¡AAAAAAAAAAAAAAAHHH!

Hacía frío, por supuesto que hacía frío, de alguna forma caía nieve, así que, claramente hacía frío. Pero no importaba jamás la temperatura, nunca dejaba a Frost congelado. Frost jamás llegó a sentir el frío que lo rodeaba, ni si quiera en el Polo Norte.
La temperatura no era una de las cosas que lo dejaban congelado.
Gritos así de retumbantes, inesperados, de un paradero totalmente desconocido, de horror, si lo dejó congelado.
Ante lo agudo que fue el grito, inmediatamente lo identificó de una niña.
No le pareció un buen momento para calcular la edad, solo tenía la idea de que era muy menor ante el nivel tan agudo alcanzado que no creyó escuchar otra vez.
Ni quizo ir a advertir a su compañero, la adrenalina lo invadió al segundo que aquel grito terminó y salió disparado al aire en dirección contraria de dónde estaba su amigo, pues en esa dirección provino el grito.

Un grito así, de tal magnitud, era más usual ser escuchado en peliculas de horror, sin embargo el escucharlo en la realidad era un retumbar del pecho que estremecía el corazón, dejando una sensación incomoda de miedo y alarmado.
Quedó tan pasmado que su cuerpo estaba haciendo reflejo corporal, realmente su mente estaba divagando, repitiendo ese grito una y otra vez por su mente, un grito así de horror no era algo que escuchaba seguido, y en definitiva no quería escuchar otra ves. Le traían pésimos recuerdos.
Quería encontrar el origen del auxilio, pero esperar otro grito sería mucho pedir. Volaba lo más rápido que podía, hasta que sus ojos se toparon con un hogar, lo que hace que por fin despertara su mente.
Su corazón latía rápido y sus ojos estaban cansados. Un temor incontrolable invadió el cuerpo del menor, lo que lo obliga a aterrizar.