Finalmente comenzaba a aceptar que era alguien emocional, no era novedad pero de algún modo estar junto a Jason la hacía sentir tan viva. Como un fracaso de escritora, conocerlo le había dado la oportunidad de revivir esa necesidad por transmitir su esencia a través de letras, como lectora, le había hecho sentir la emoción de formar sus propias hipótesis respecto a un futuro incierto pero como persona, había recordado lo bien que se sentía serlo.
Lo que era amar, llorar, reír, soñar, hacerlo con la intensidad suficiente que más que sentirse abrumada fuera capaz de sentirse agradecida, por volver a experimentar tanto en lugar de seguir viviendo en una constante represión disfrazada de monotonía.
—Yumei, espera–pide el ojiverde a sus espaldas haciéndola recordar que estaba huyendo.
Todo se había convertido en una especie de juego, era irónico cómo se había convertido en gato el ratón, era tan interesante como era ella la que huía de sus preguntas e ignoraba su insistencia justo como Jason lo hacía antes de entregarle su confianza.
Un suspiro sale de sus labios cuando escucha las pisadas insistentes del hombre que trata de alcanzarla.
—Deja de seguirme–exige molesta acelerando el paso, incluso si sabe que no puede escapar.
—Tu y yo sabemos que no funcionará, no importa cuánto lo pidas voy a seguirte hasta que vuelvas a escucharme–expresa decidido antes de tomar su muñeca para frenarla.
—No te necesito–la molestia de su voz se refleja en su mirada—Ni a ti ni tus excusas–es una mala mentirosa, cada palabra sale de sus labios en un intento por convencerlo, pero también por convencerse a sí misma en caso de que esta sí sea la última vez.
—Deja de mentirte, estás tan destruida como yo–Jason mantiene su agarre, no es fuerte, jamás podría lastimarla, pero no planea soltarla por un tiempo—¿Crees que no me he dado cuenta?–por supuesto que no, sabía perfectamente que ahora la conocía mejor que nadie.
—¿De qué? ¿De lo fabulosa que es mi vida desde que te fuiste otra vez?–dice a la defensiva tomando el sarcasmo como su último recurso, puede ver un destello en su mirada, incluso si el verde esta extinto, aún queda la esencia de Lázaro en él, sabe que es parte de su vida, que ha sido condenado pero no le importaría compartir su penitencia.
—Tenía que hacerlo maldita sea, de lo contrario no estaría en paz–Yumei lo sabe, sabe que Jason tenía asuntos pendientes, sabe que no sería capaz de retenerlo y también que después de todo finalmente podrían hacer las cosas bien.
Entonces ¿Por qué dolía tanto? ¿Era el miedo o la decepción? Si confiaba en ella, ¿por qué mantuvo todo en secreto?
—¿Y no pudiste decírmelo? ¿Es tan egoísta de mi parte querer enterarme de lo que planeabas por ti?–reclama frustrada, con un nudo en la garganta haciendo un gran esfuerzo por no derramar lágrimas en vano, ya había llorado suficiente, había vuelto a comprender que no importaba cuánto lo hiciera las cosas no acabarían tan pronto.
—Tu no sabes nada–murmura Jason herido, no por sus palabras sino por sus acciones.
Y estaba tan equivocado.
—Sé que fuiste a verlo que tuviste miedo a ser amado y miedo amar por tu pasado–su mano rompe el agarre del hombre solo para entrelazar sus dedos en un intento por reconfortarlo, después de todo lo merecía—Sé que aún te sientes un poco asustado y desplazado ante el nuevo niño Wayne–merecía un poco de paz después de sentirse amenazado de nuevo, estaba en todo su derecho de sentirse herido después de que Bruce había hecho pública la noticia donde reconocía a su hijo de sangre.
—Harper es un bocón–susurra cruzado de brazos mientras finge estar enfadado, haciendo un puchero inconscientemente que le recuerda al niño de la foto
—Roy es tu amigo, lo único que hizo fue pedirme que me asegurara de que no hicieras una estupidez–
—Te contó lo de Drake–no es una duda, es una afirmación, bastante errónea en realidad porque ella había deducido por si sola que se sentiría mal ante la situación.
¿No había demostrado que lo conocía tanto como él a ella?
—No lo hizo pero pudiste hacerlo–reclama con sutileza sacándole una pequeña risa vacía.
Si todo Gotham fue testigo de la injusta muerte de Robin, también lo fue de la furia de Red Hood en contra de su reemplazo. Yumei sabía que Jason se arrepentía, que el tiempo le había permitido darse cuenta de sus errores y que esta última huida la utilizó para sanar, para pedir perdón y brindar nuevas oportunidades, con todos pero también con él.
Y ella confiaba en su chico, pero comprendía que el pozo era un completo traidor.
—¿Para que me vieras como un monstruo?–reniega con miseria, haciéndola sentir frustrada, si tuviera la oportunidad cambiaría la perspectiva de Jason.
Le prestaría su mente para que entendiera lo valioso que podía ser.
—¿Por qué te empeñas tanto en ver lo malo que hay en ti?–pregunta frustrada en busca de una explicación, una última pista que le permitiera descifrarlo.
—Porque así el día que te vayas no me dolerá verte partir–murmura apretando un poco su mano antes de suspirar con pesadez.
—Entonces déjame ir–dice inexpresivamente volviendo a crear distancia entre los dos—Deja de jugar con mi mente y déjame sola, necesito una nueva vida lejos de todo–
De Gotham, de ti. Piensa con ironía a punto de darse por vencida.
—No puedes iniciar de nuevo, no sin mi–amenaza mientras rompe la distancia, acorralando a Yumei contra la pared del callejón—Esta vez nunca me iré–promete en voz baja y con suavidad, erizandole la piel con solo escucharlo
—Dijiste que este mundo me rompería el corazón, entonces ¿Por qué te empeñas tanto en...?–sus palabras son interrumpidas cuando Jason toma una decisión, sus pensamientos se desvanecen, sus reclamos, su frustración y absolutamente todo rastro de duda quedan en el olvido en el instante en que él la calla robando cada fibra de miedo para transformarla en calidez.
Finalmente la había besado.
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You can't start over
FanfictionLa primera vez que cruzaron miradas supo que él ocultaba algo, quizá fueron esos ojos verdes que pedían ayuda a gritos, esa boca llena de sarcasmo o simplemente el hecho de que había entrado bastante elegante al bar. Y es que ella no era fan de los...