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La persona con Misofonía adopta mecanismos de supervivencia, como cubrirse las orejas e imitar a la persona que le causa la molestia.



-❤-


Capítulo Tres

Jimin tenía doce años, para cuando su vida había comenzado a ir en picada.

Sus padres se habían divorciado hace tres meses, luego de que se descubriera que Jaebum le había sido infiel a Suran con su secretaria por más de dos años. Desde entonces, Suran había cambiado.

Era más fría, sarcástica y tenía menos tacto que antes. Cometía el error de desquitarse con sus hijos - sobre todo Jimin, desde que habían descubierto que, por alguna extraña razón, a éste le molestaban los sonidos que hacían al comer— cuando estaba enojada o frustrada.

Justo ese día, Suran había tenido una mala tarde en el trabajo, por lo que llegó de malhumor a la casa. Cuando Jimin la saludó, se dijo que ese día debía tener cuidado durante la cena, para no tener algún problema con su madre.

Luego de un par de horas, en las que Jimin se entretuvo haciendo la tarea que le habían dejado en biología y conversando por chat con sus amigos ( que ya no sólo eran Tae y Hobi) ; llegó la hora de cenar.

Jimin suspiró profundamente, y cerró los ojos mientras contaba mentalmente hasta diez. Debía estar calmado. Debía estar calmado.

Cinco minutos después, Suran, Jin y Jimin se encontraban sentados frente a una mesa llena de comida. El pelinegro se había acostumbrado un poco a los sonidos que producían los miembros de su familia y él mismo, al comer. Por lo que ahora las comidas no eran algo tan terrible.

Sin embargo, los sonidos nunca dejaban de ser asquerosos y nunca dejaban de irritarle.

Jimin intentaba calmar sus ataques de ira, poniendo las manos en puños debajo de la mesa y apretando con fuerza sus mandíbulas. Y hasta ahora había funcionado bien.

Por suerte, la comida de ese día era un simple arroz con trozos de pollo y salsa. El arroz no generaba mucho ruido.

—¿Qué tal el trabajo, mamá? -Preguntó Jin, distraídamente, mientras se llevaba un poco de arroz a la boca.

Jimin hizo una mueca.

<<Mala pregunta, hyung... > > Pensó. Y Suran malinterpretó su gesto.

—¿Ya vas a comenzar con tus idioteces, Jimin? - Gruñó, mirando con ojos furiosos al pelinegro sentado frente a ella. -¡El maldito arroz ni siquiera suena, con un demonio! -Chilló, estrellando su pálido y pequeño puño en la mesa.

Jimin la miraba con los ojos abiertos de par en par, totalmente sorprendido.

—Yo no hice nada... -Intentó defenderse, pero la mujer lo interrumpió, aún más furiosa.

—¡Já! ¿Crees que voy a creer esa estúpida excusa, mocoso? -Gruñó, alzando una ceja. -Antes mentías mejor, ¿sabes? -Cruzó los brazos debajo de sus pechos, por un momento, antes de comenzar a imitar de manera cruel y burlona las mentiras que Jimin decía años atrás para esconder su problema e ir a su dormitorio. — "No es nada, mami. Sólo me duele un poco la cabeza, ¿puedo ir a mi habitación?", ' Creo que tengo algo en la oreja, me pica mucho.' , "Me duele el estómago, mamá.", "No tengo hambre, ¿puedo ir a mi habitación?" -Luego, la mujer comenzó a reírse histéricamente.

Misofonía ; kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora