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La Misofonía es un trastorno psiquiátrico que consiste en la falta de tolerancia a los sonidos cotidianos producidos por el cuerpo de otras personas, como comer, sorber, toser, masticar, o también por sonidos producidos al utilizar ciertos objetos, los cuales pueden desencadenar ansiedad y conductas agresivas en el paciente.




Capítulo Uno

Park Jimin siempre había sido un niño muy alegre y cariñoso con los miembros de su familia. Tenía una excelente relación con su hermano mayor SeokJin —el lindo muchacho era cuatro años mayor que Jimin— y adoraba a sus padres.

Su día a día durante vacaciones, se trataba de: Ayudar a su madre con algunas tareas de limpieza, pintar y dibujar pollitos (Los pollitos eran sus animales favoritos, porque su madre siempre le decía que cuando hacia pucheritos, se parecía a uno); bailar y cantar junto a su hermano Jin; comer, ver Star Wars con su padre; estudiar un poco (Porque cuando terminaran las vacaciones, entraría a su primer año de primaria), y dormir.

Vivía en una casa donde no faltaban las muestras de cariño y las risas. Jimin era un niño feliz.

Sí, era.

Todo cambió unos meses después, cuando las vacaciones habían terminado y Jimin ya llevaba un buen tiempo asistiendo a la escuela.

Estaban a veinte de octubre y hace solo un par de días, Jimin había cumplido los siete años. Sus padres lo habían mimado mucho, al igual que su adorado hermano SeokJin; con quién Minnie se encontraba justo ahora.

Jin había querido consentir a su pequeño hermanito ese día. Por fin tenía un descanso de todos sus deberes escolares, y... ¿Qué mejor que pasar un poco de su tiempo libre con Minnie?

SeokJin y Jimin estaban recostados en la cama del más grande, viendo una película animada (por insistencia del pequeño). Había una bolsa de patatas fritas entre ambos cuerpos y cada uno de ellos, sostenía un vaso con gaseosa en una mano.

Un ambiente cálido y relajante. Muy común en la casa de los Park.

—¡Adoro las patatas fritas!—Suspiró Jin, acercando su mano libre a la bolsa, y sacando varias papitas. —Podría comer esto todos los días, Minnie.

El pequeño pelinegro miró a su hermano, con una dulce sonrisa.

—Mamá se enojaría si te oye decir algo así, hyung. —Dijo, soltando una adorable risita. —Sabes que ella apoya la alimentación sana y esas cosas de las que hablan en televisión. —Una adorable sonrisa se formó en sus labios. —Pero yo te apoyaría si quisieras comer esto todos los días. —Mientras hablaba, llevó su mano libre a la bolsa de frituras y sacó algunas papitas.

Jin miraba a su pequeño hermano, casi con corazones en lugar de iris.

—¡Mi lindo Minnie! —Dijo, abrazando con su brazo libre, a duras penas, a su hermano. Acarició la mejilla del infante con la suya. —Ese sería nuestro secreto.

—Me gusta tener secretos con hyung. —Dijo el pequeñito, con las mejillas sonrojadas y una tierna sonrisa.

—También a mí. —Dijo Jin. —Somos una clase de hermanos muy extraña según mis amigos. —Comentó, sonriente, y todavía sin comer las papitas que había sacado de la bolsa.

—¿Por qué? —Preguntó Jimin, con su voz delicada y aniñada.

—Porque nunca peleamos. —Respondió SeokJin, sonriendo. Minnie correspondió el gesto, con una eyesmile.

Sonrisa que desapareció, cuando Jin se llevó unos cuantas papitas a la boca y masticó, generando un ruido que envió una corriente eléctrica a lo largo del cuerpo de Jimin.

El mayor seguía comiendo, sin percatarse del estado evidentemente incómodo de su hermano pequeño.

Masticando y masticando.

Cada vez que su hermano mayor masticaba, Jimin sentía su cuerpo ponerse tenso. El ruido le molestaba.

Le molestaba, le molestaba. ¡Le molestaba muchísimo! Quería dejar de oírlo.

Con la mente nublada por la constante repetición del ruido causado por Jin al comer, Jimin ladeó su cabeza hacia la derecha y frotó su oreja en su hombro, una y otra vez, mientras respiraba pesadamente por la boca.

Se sentía incómodo, con ganas de echarse a llorar por la desesperación que le causaba ese horrible sonido.

Cuando SeokJin finalmente tragó su comida —a Jimin le habían parecido eternas horas, y sólo habían sido un par de segundos—, el más pequeño dobló fuertemente los dedos de sus pies, sin querer, y frunció el ceño.

Jin oyó a su pequeño hermano respirar agitadamente, por lo que lo miró con curiosidad. Curiosidad que se transformó en preocupación al notar que el infante tenía la frente perlada de sudor y parecía estar perdido en sus pensamientos.

—¿Minnie? —Lo llamó, con voz suave y preocupada.

Su voz pareció despertar a Jimin de su letargo. El pelinegro miró con ojos vidriosos a su hermano.

—¡Bebé! —Dijo SeokJin, con su instinto paternal saliendo a flote. Era muy maduro y preocupado para tener sólo diez años. —¿Qué te pasa? —Preguntó, con voz angustiada, mientras dejaba su vaso en la mesita de noche su padre y se sentaba en la cama. Jimin lo imitó.

—Yo... —Susurró Jimin, con un nudo en la garganta. —Yo... no... -Su mente se llenó con el sonido que había oído segundos atrás y su cuerpo se volvió a poner tenso. Nuevamente desesperado, Jimin se llevó las manos a los oídos, intentando dejar de oír aquel asqueroso sonido.

Jin miraba preocupado a su hermano, que apretaba las mandíbulas y cerraba los ojos con fuerza, mientras se balanceaba hacia delante y hacia atrás. SeokJin sintió miedo por su hermanito.

—¡Mamá! —Gritó el mayor, con todas fuerzas y ahora también, con los ojos llenos de lágrimas. —¡Mamá!

Ese fue el comienzo del pequeño gran infierno personal de Park Jimin.




holaaa aquí ando al fin subiendo de nuevo una adaptación de una obra que me encanta, es muy preciosa y trata de un tema del cual debería hablarse más, muchas gracias a @CattyWritesLove por permitirme adaptarla <333

Misofonía ; kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora