Misofonía ; kookmin

I

Capítulo Ocho

El cuerpo de Jimin comenzaba a enfriarse, a pesar de que se estaba rodeando con fuerza las piernas flectadas para mantener el calor.

Habían pasado alrededor de cinco minutos desde que había llamado a Jungkook. En esos minutos había logrado calmar su llanto; pero la culpa y la decepción habían comenzado a fluir por su cuerpo, desde entonces. Se sentía culpable por haber fallado una vez más, por haber sucumbido ante su problema otra vez. Se sentía culpable por haber arruinado una cena tan importante; y estaba seguro de que ahora su madre sí iba a odiarlo de verdad, y aunque Jimin a menudo se decía a sí mismo que no le importaba la indiferencia de su madre y de su hermano, mentía. Jimin los seguía queriendo, y seguía doliéndole el hecho de que lo excluyeran siempre.

Además, el señor MinSeok lo miraría como si estuviera loco, o tuviera tres cabezas desde ahora en adelante.

Se sentía decepcionado consigo mismo, porque había pasado tanto tiempo que no huía en una cena. Habían pasado tantos años desde la vez que había colapsado... Jimin sentía que todos sus avances habían sido en vano, era como si todos los obstáculos que había "superado", siguieran ahí, como una sombra acechante. Sentía como si todos los pasos que había dado desde que había conocido a Jungkook lo habían conducido al punto de partida.

El joven Park tenía ganas de echarse a llorar una vez más, pero ya no tenía más lágrimas para derramar.

De pronto, un agradable y familiar aroma a perfume y a algo más -que Jimin conocía como el aroma corporal de Jungkook— llenaron sus fosas nasales. Jimin alzó lentamente su cabeza para encontrarse con que el chico que amaba, estaba arrodillado a su lado, mirándolo preocupado.

—¿Mochi? -La voz de Jungkook fue como un calmante para el nudo que el más pequeño tenía en la garganta. — ¿Puedes decirme qué ocurrió? — Preguntó, alzando una mano, cuyo dorso limpió delicadamente los rastros de lágrimas de las mejillas de Jimin.

—Lo arruiné, hyung. Arruiné todo. -Murmuró, con la voz ronca por el llanto reciente. Jimin apenas podía mantenerle la mirada al más alto, se sentía demasiado decepcionado de sí mismo. Toda su confianza en sí mismo había sido destruida.

—Mochi...

—Mamá organizó una cena por su cumpleaños... Incluso su novio fue a casa. -Trató de explicarle, mientras volvía la cabeza hacia el frente, donde estaba la calle, ligeramente iluminada. -Un novio del que no tenía ni idea, porque nunca me cuentan nada. Desde hace años que no converso de manera apropiada con mi hermano, y mucho menos con mi madre. -Su voz se quebró al nombrar a la mujer.

Jungkook optó por sentarse junto a Jimin. Le pasó el brazo izquierdo por sobre los hombros y sus cuerpos encajaron perfectamente; parecía que el cuerpo de Jimin estaba hecho para ser abrazado por él.

Jeon, sintió sus mejillas levemente sonrojadas por sus pensamientos, sin embargo, no le permitió emocionarse ni un poco a su corazón, porque su Jimin no se encontraba bien.

Park suspiró profundamente, mientras se acurrucaba contra el costado izquierdo de Jungkook, y le pasaba un brazo sobre el estómago.

—¿Por qué nunca me contaste nada sobre lo de tu madre y hermano? — Murmuró el rubio, apoyando su cabeza sobre la de Jimin.

Aunque él ya sospechaba que las cosas entre los Park no iban nada bien, solo debía recordar la forma en la que Suran hablaba de Jimin.

—Mis problemas con ellos, vienen desde antes de conocerte, hyung. — Suspiró. -Cuando nos conocimos, yo ya llevaba mucho tiempo sintiéndome solo. Aunque... cuando estaba con los chicos, las cosas mejoraban un poco.