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Eran pasadas las Siete de la mañana, la pesada y Ruidosa alarma de ni-ki no paraba de sonar.

El nombrado se encontraba durmiendo plácidamente con una almohada tapandole la cara, así que eso evitaba que escuchara el ruido.

Pero como si de flash se tratara, despertó a la velocidad de la luz cuando sintió como su madre, Moonbyul, entraba a su cuarto.

–¡Levántate ya! ¡Entras a las ocho y vas a llegar tarde!— Gritó, para luego volver a cerrar la puerta.

Y ni-ki alcanzó a oír como también cerraba la puerta principal, por lo que deducia que su madre ya se habría ido al trabajo.

Con toda la pereza y cansancio del mundo, finalmente salió de su cama con algo de dificultad, prendió la luz y caminó hacia su armario, sacando del mismo su uniforme todo arrugado, y también un frasco de perfume.

Se cambió rápidamente, y al ver que ya le había bajado el hambre, camino hacia las escaleras de su casa, bajando las mismas y llegando a la cocina.

Ya no había nadie en su casa, pues él vivía con su mamá y de vez en cuando iba a la casa de su padre.

Sus papás se habían separado en buenos términos, aún así, quien había quedado a su cargo era su madre.

Abrió la heladera y sacó un pote de helado qué había comido el fin se semana cuando Jake fue a su casa a dormir, y obvio que también sacó al amor de su vida, su coca cola.

Se sentó en la mesa y procedió a devorarse su arma mortal.

Hoy iba a ser otro de esos días en los que su estómago se arrepentía de existir.

Ni-ki era horrible para elegir desayunos, o simplemente era demasiado flojo como para preocuparse por comer cosas saludables y cuidarse.
Siempre se levantaba tarde y nunca le daba tiempo a prepararse nada, así que se comía lo que había en la heladera sin importarle siquiera que ya estuviese vencido o alguna cosa así.

Y por otro lado estaba sunoo, quien se despertaba todos los días media hora antes a prepararse su Bowl con Yougurt, frutas y avenas.
A veces poniéndole algunas otras cosas, pero siempre procurando comer saludable.

Pero volviendo a riki, ya se le hacia un poco tarde, por lo que tomó todo lo que quedaba de su desayuno (arma letal), agarró sus cosas y se fue corriendo al colegio como era de costumbre.



-Sunito, haces algo el fin de semana?- preguntaba su mejor amigo mientras tomaba un poco de su agua.

-No, ¿por qué?

-Con Jay íbamos a ir a Tomar helado, ¿Querés venir?

-Ah, okay.

Luego de contestar, sunoo se quedó pensando en eso.
Amaba ir a cualquier lugar con Su mejor amigo y su novio, pero siendo sincero, se aburria bastante cuando ambos adolescentes empezaban a ponerse cariñosos.

Además, tenía que luchar con el mismo para no reirse por los estúpidos apodos con los que se trataban.
"Gatito" "bebe" "Corazónsito"
Y el que más risa le daba era el "Nubesita de lluvia"
No entendía por que o de donde mierda habían sacado ese apodo, pero era abrumador que se trataran así.

El realmente deseaba que en todas las salidas, hubiera alguien más, alguien con el que Sunoo pudiera hablar cuando los otros dos empezaban con sus cariños.

Realmente lo deseaba.

Pero salió de su nube, cuando escuchó que alguien lo saludaba a lo lejos.

-Hola, sunoo!- decía el menor mientras caminaba por el patio.

ᴀғᴛᴇʀ sᴄʜᴏᴏʟ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora