ᴀғᴛᴇʀ sᴄʜᴏᴏʟ

#4

Ya habían pasado dos semanas desde que ambos chicos habian sido castigados, y obligados a limpiar.
Pero por eso mismo, habían logrado conocerse mejor, y ser amigos.

Muy buenos amigos.
Y aunque no fuera mucho el tiempo en el que llevaban conociendose, habían formado lazos de amistad inigualables, eran simplemente inseparables.
Eran el uno para el otro, como si fueran almas gemelas.
Siempre tenían de que hablar, siempre tenían que decir o que hacer, y gracias a eso nunca estaban aburridos.

Amaban pasar tiempo juntos, y cuando podían salían a comer luego de limpiar, a un restaurante japonés, que estaba a dos cuadras de la escuela.

Y este día no era la excepción, ya que hoy habían decidido ir también.

-¿Que pedimos hoy?

-No se, lo de siempre?

-No, mejor pidamos takoyaki

-Es, un taco, no?- dijo el menor Con confianza, como si hubiera entendido algo de lo que dijo Sunoo.

-Ni siquiera sabes que es, verdad?

-exactamente.

El mayor solo se río, mientras caminaban al lugar donde iban a comer.

Cuando ya estaban a poco tiempo de llegar, el menor volvió a hablar.

- ¡Ya dime que es eso! No quiero comer algo de lo que nisiquiera había escuchado hablar.

-Es comida, Inteligente.

-Que chistosito, estúpido.- bufó Nishimura mientras rodaba los ojos.

-Ya vas a probar y te va a gustar.-

-Seguro quieres envenenarme, pero está bien.

-Exelente.

Cuando ambos acabaron de hablar, se dieron cuenta de que ya estaban al frente del local.

Por lo que entraron, y se fueron a sentar a las mesas del fondo, como hacían todas las veces que habían venido.

-Agh, ya me dolían las piernas de tanto caminar.- se quejó el menor mientras se sentaba, arrojando su mochila al piso.

-Esto está a siete minutos de la escuela, Caprichoso.

-Siete horas, querrás decir.- Dijo el menor mientras se acomodaba mejor en la silla.

-Ajá, tres horas.- Se burló el mayor.

Pero fueron interrumpidos por una amable mesera que se paró frente a ellos.