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-¡Ah!- logró gritar sunoo antes de que ni-ki le pusiera una mano en la boca para que no hablara.

-Silencio imbécil, nos van a ver..- dijo el menor sonando un poco avergonzado en las últimas palabras.

Y así fue, sunoo también se cubrió la boca para evitar decir siquiera una sola palabra, quedando en silencio nuevamente ambos adolescentes.

Y fue cuando se percató de lo que acababa de pasar.

El literalmente había besado a Nishimura Ni-ki.

El chico con el que había sido castigado, acababa de besarlo sin ningún tipo de pudor, y al parecer son pensarlo dos veces.
Sunoo había quedado perplejo ante todo lo que había pasado.
Era cierto que no se arrepentía de nada, pero cierto pensamiento se mantenía inquieto en su alborotada mente.
"¿Que pasará luego de esto?"
No iba a ser fácil simplemente olvidar todo lo que había pasado.
Las caricias, las sensaciones de ambas lenguas encontrándose con algo de timidez, eran cosas que habían vuelto loco al mayor de ambos adolescentes.
Podía sentir como su piel se erizaba con cada toque de las frías manos de el menor en sus mejillas.
Y todas esas pequeñas cosas, habían causado cierta incertidumbre sobre el futuro para el más bajo.
Ni-ki hasta ahora había sido un fiel amigo, y nunca se había imaginado que podían llegar a besarse, o algo similar.
Así que todo era muy nuevo para Sunoo, era algo confuso pero para nada desagradable.

Así que solo esperaba que las cosas no se pusieran incómodas, porque después de todo, iba a tener que ver a Ni-ki todos los días luego de clases hasta que el año acabará.

Cuando sunoo sintió que ya estaba más tranquilo, Sacó sus manos de su boca, y se acomodo el pelo con las mismas.

Y ni-ki, al notar que aquella voz se había alejado, acarició una de las mejillas de su hyung, derritiéndose de ternura por las mismas.
Eran tan gorditas y suaves que juraba poder acariciarlas todo el día.

Sunoo volvió a sentir esa extraña sensación en su estómago, cerrando los ojos con fuerza y tratando de no moverse ni decir una sola palabra.

Todo era nuevo para el, y no sabía que tenía que hacer exactamente.

Aún no lograba acostumbrarse a todo lo que estaba pasando hace unos diez minutos.

Ni-ki se río al ver la cara completamente sonrojada de su Hyung, y quiso darle un simple beso.
No sabia de donde venia ese impulso de hacerlo, pero no le importaba realmente, solo lo quería.
Y era extraño, aún veía a sunoo como un amigo, pero no negaba para nada que su amigo era el humano más besable del mundo.

Y cuando se acercó un poco más, se asustó al escuchar nuevamente a la voz, dando un pequeño salto en su lugar.

-¡Seongmin! ¡Vuelve ya!-
El más alto bufó irritado.

Pero se le paso cuando sunoo le dio un pequeño besito en los labios, dejándolo contento para luego pararse con algo de dificultad, pues había estado mucho tiempo en el piso y le dolían las rodillas.
Luego, quito un poco de polvo que tenía su pantalón, y se acomodó la ropa, para luego hacer lo mismo con sus cordones, los cuales estaban desatados.

Y cuando acabó, alzó la mirada y vio a Ni-ki simplemente apoyado contra una esquina mirandolo.
Al principio se sintió algo nervioso por eso, pero luego decidió hablar para cortar el silencio.

-¿No te vas a arreglar?- preguntó fijando su vista especialmente en su camisa, la cuál estaba toda arrugada.

-Meh, ya luego-

Sunoo se río levemente, para luego agarrar a Ni-ki y asomarse por la puerta, para ver si la persona que había estado gritando aún estaba ahí.

Y era correcto, ya que logró identificar a una Mujer corriendo tras un pequeño niño, llamado supuestamente "seongmin".

ᴀғᴛᴇʀ sᴄʜᴏᴏʟ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora