12.

204 8 0
                                    

Natalia POV

En la sala de espionaje, escuchaba a través del ordenador lo que Alba estaba hablando en aquella misteriosa reunión de empresa.

-Hola, Srta. Alba. A pasado mucho tiempo desde la última vez-.

Esa voz. Esa maldita voz era de uno de los hijos de Diego el gilipollas del alquiler de mi casa.

-Hola. -Saludó ella-.

-Recientemente, la policía... Ha entrado mucho en mi pub. Puede que tenga que molestarte para que mejores eso-.

-¿Ese es tu problema?-.

-Vamos, Srta. Alba. Cuando me pediste que te ayudara con Lacunza. Pasamos por mucho para... que ella trabajara para ti-.

-Debes haberlo pasado muy bien, hablándome así.

Se escuchó el ruido de la silla arrastrando y a continuación sus pisadas, indicando de que la reunión había terminado.

Subí a la habitación con un enfado bastante elevado. Caminé hasta el mirador de la habitación y me quedé allí de pie esperando a que llegase la rubia.

Media hora mas tarde, el ruido de la puerta abriéndose, me indicó que ya estaba aquí.

Escuché sus pasos caminar hacia mí ubicación, con lo que me puse más tensa de lo que ya estaba.

Intentó pasar sus manos por mi cintura, pero con uno de mis brazos, separé su cuerpo del mío.

-¿Qué ha pasado? -Preguntó delicadamente-.

-¿Crees que soy tonta? -Pregunté mirando hacia el horizonte-.

-Claro que no, ¿Por qué preguntas eso?-.

-Solo estoy pensando que... La gente que está en pareja, nunca se mentirían el uno al otro. -Suspiré y giré mi cuerpo, para mirar a la pared que tenía delante. -Pero creo que soy una estúpida. He estado engañada por ti desde el principio. -Giré mi rostro para mirarla. -

-¿Sabes?-.

-Qué. ¿Vas a seguir ocultándomelo? Si no lo descubro hoy... ¿Ibas a seguir engañándome? ¿Crees que soy una imbécil? ¿Me ves como una tonta? ¿Te estás divirtiendo? Mi casa. Te acuerdas, ¿No? Eso es lo último que me han dejado mi madre y padre-.

-Lo siento-.

-¿Qué mierdas estabas pensando?-.

-Lo siento... Yo.. Yo...-.

-¿Qué mierdas querías, Alba?-.

-No fue mi intención. -Respondió con delicadeza. -Ni siquiera lo sabía entonces. Solo estaba siguiendo las ordenes de mi padre-.

-¿Y por qué yo? Respóndeme-.

-Lo siento. -Dijo poniendo sus manos en mi abdomen-.

Pero quité sus manos con las mía y di un paso hacia atrás.

-No me toques-.

-Lo siento-.

-Apártate. -Le ordené antes de que se acercara más a mí-.

-Lo siento. Te prometo, que te daré todas las respuestas que quieras saber. -Se quedó mirándome intensamente a los ojos. -Te lo prometo-.

Su mirada era sincera.

Suspiró con temor, y rodeó mi cuerpo poco a poco, hasta envolverme entre sus brazos.

Suspiré en su cuello y tras un par de minutos en aquella posición le susurré.

The Bodyguard 「Albalia G!P」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora