8.

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Natalia POV

La persianas se subieron automáticamente dejando que los rayos de sol nos dieran en el rostro.

Abrí poco a poco mis ojos y miré a mi alrededor. No había sido un sueño lo de la noche anterior.

La rubia aún dormía a mi lado.

Giré mi cuerpo y me quedé mirando su rostro, hasta que poco a poco fue abriendo los ojos.

-Anoche fue increíble-.

-Sí. -Respondió con una sonrisa. -Pero, ¿Ahora qué hacemos con esto?-.

-¿Con qué? -Me hice la loca-.

-Con nosotras-.

La agarré del cuello y la acerqué a mi boca, dejando un delicado beso en sus labios.

-Srta. Alba, Su desayuno. -La voz de Mario se escuchó en la puerta de la habitación-.

De un salto me levanté de la cama.

-Sr. Alba -Volvió a llamarla-.

-Sí, un segundo. -Gritó la rubia-.

Me vestí lo más rápido que pude.

-¿Qué deberíamos de hacer? -Se burló la rubia mientras me subía el pantalón. -¿Deberíamos anunciarlo oficialmente?-.

-¡Señorita Alba, se va a enfriar!-.

-¡Un segundo! -Volvió a exclamar Alba-.

-No, y recuéstate. -Le respondí a su pregunta. -Y aún no le des permiso para entrar, me falta ponerme la camiseta-.

-¡Alba el desayuno!-.

-Sí, entra. -Ordenó justo cuando agarré la camiseta-.

Le eché una mirada asesina mientras me colocaba rápidamente la camiseta, y Mario abrió la puerta de la habitación.

-Oh, Vaya. -Dijo al verme allí. -Perdóneme. -Se disculpó con la rubia-.

Dejó la bandeja sobre la mesa que había en la habitación y se colocó a mi lado, frente a la cama.

-¿Por qué estás aquí tan temprano? -Preguntó Curioso-.

-Eh, yo....-.

-La he llamado para castigarla por lo de anoche. -Informó la rubia. -¿Hay algún problema con eso?-.

-No Srta. Si me disculpas, me retiro ya-.

La rubia asintió y Mario se acercó un poco más a mi, antes de salir de la habitación.

-¿Ha sido muy dura? -Me susurró-.

-Sí, lo ha sido. -Respondí. -Mis piernas todavía están temblando-.

-Animo. -Dijo antes de salir de la habitación-.

La rubia comenzó a reírse en cuanto salió Mario de la habitación y me acerqué hasta la bandeja del desayuno.

Me quité la camiseta y ella sonrió de lado. Sabíamos las dos lo que iba a pasar.

Me quité los pantalones y calzoncillos con la mirada de la rubia fija en mi.

Agarré un gofre con Nutella y caminé hasta la cama.
Me metí una punta del gofre en la boca y me metí bajo las sábanas.

Escuché la risa de la rubia al notar el gofre sobre su vientre. Dejando caer parte de la Nutella por aquella zona.
Gatee hasta quedarme frente a ella, con el gofre en la boca y un camino de chocolate en su cuerpo.

Me senté a horcajadas sobre ella notando su miembro revivir, al igual que el mío.

-El gofre es tan suave... -Dije sacándome el gofre de la boca. -Y huele tan bien. -Dije volviendo a pegarle un bocado-.

The Bodyguard 「Albalia G!P」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora