La habitación de Marina no tenía nada que ver con la de su hermana.
La de ella, tenía simplemente color, rosa, pero color.
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Mientras que la habitación de Alba era lo más básico del mundo.
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En la habitación de la Srta. Marina, nos dio permiso para sentarnos en el sofá que tenía en un lateral, frente a la TV. Allí le dieron al Play a un reality que parecía que estaban viendo.
-¿Crees que morirá? -Preguntó ella mientras yo me acomodaba mejor en el sofá y cerraba los ojos. -¡Natalia!-.
-¿Eh?. -Me incorporé y abrí los ojos rápidamente-.
-¿Crees que morirá?. -Volvió a preguntar-.
-No lo sé-.
-¿Como? ¡Entonces presta atención! -Suspiró. -Bueno, ¿Y ese tío? El enmascarado. ¿Morirá?-.
-No. -Respondí algo por cumplir-.
Seguimos viendo el Reality.
-Me has dicho que no iba a morir. -Lloriqueó-.
-Bueno, no lo ha hecho. -Respondí. -Lo ha matado el asesino-.
-¿Qué? -Giró su rostro hacia mí. -No lo había reconocido desde el principio.... Tendremos que ver de nuevo el capítulo, así lo veré-.
Los tres guardias suspiramos y nos recostamos en el respaldo mientras nos quejábamos.
-Nooo. -Dijimos al unísono-.
-¿No estás aburrida? -Pregunté-.
-Bueno. Empecemos. -Me ignoró ella dándole al play al mismo capítulo-.
-Tienes suerte de que esté hoy de buen humor. -Me susurró uno de los guardias. -No le puedes hablar así-.
-¿Pero no estáis aburridos? -Le susurré-.
-Este reality lo he visto tantas veces, que ya me lo sé de memoria. ¿Qué piensas hacer?-.
-Confiad en mí. -Susurré. -Srta. Marina. -La llamé-.
