¿Quién?

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Lo unico que hago es observar el rostro de mi hija que se encuentra reposado en mis piernas. Me dedico a admirar la belleza de la criatura que crié, cuidé y engendré en lo profundo de mis organos.

Mi hija, mi bebe.

Masajeo lentamente esa arruguita que se asoma por su frente cuando alza su cabeza para poder tener mejor campo de visión. Le sonrío y alzo las cejas en juego: - ¿Sucede algo Amy James? -  le golpeo levemente su frente

Niega con la cabeza y se gira para mirarme fijamente a los ojos. - Mami, ¿que es drogadicta? - me tenso en mi lugar y muerdo fuertemente mi labio inferior.

Si, fui muy impudrente al hablar de esa manera frente a mi hija. Estoy completamente arrepentida pero no puedo dejar que indague más.

- Lo sabras más grande. - aprieto sus cachetes y se aparta enojada mientras se soba su cara.

Que tierna que es.

Me enteré que le estan haciendo analisis a Theo por sus dos compesaciones que tuvo... por mi culpa. Debí prever que si Ruth... Delia o como quiera llamarse, estaba amenazando nuestra existencia debía cuidarme a mi misma y a mi familia. Si embargo, no fue así.

No puedo evitar sentir una opresión al pensar en todo lo que ocurrió. En lo que está sucediendo.

- Deja de martirizarte - la voz demandante de John hace que me aleje de mis pensamientos. Levanto la mirada y enarco una ceja. - Si no te conociera diria que estas impactada por los comentarios de las enfermeras pero como sí te conozco, deja de una vez de decirte que esto es tu culpa porque no lo es, Shailene.

Suelto el aire que no sabia que contenía y vuelvo a morder mi labio inferior. No puedo llorar frenre a mi hija. No puedo...

- Mami no es tu culpa. Papi siempre fue dramatico con todo, ¿ te acuerdas cuando le dije que un niño hizo mi tarea? - miro a mi hija y asiento sonriendo debilmente -, se puso como loco y estaba hecho todo un tomate, un tomate feo. - trató de imitar su cara de enojo, exagerando el tamaño de su cara con sus manos y cachetes inflados.

Me río levemente pero me es inevitable llorar. Parezco una ridicula riendome y llorando a la vez.

Ambos me miran raro y lloro, no por sus miradas, sino por la culpa que me carcome saber que no fui capaz de proteger a mi familia... de protegerme a mí.

De proteger a mi marido.

- Mami... - pero sus palabras quedan en el aire cuando escucho la puerta reventar contra el cemento de la habitación.

Salto en mi lugar y observo al causante de mi susto. Theo. Mi marido.

- Shailene...

Y es todo lo que escucho porque el latir de mi corazon se desboca al ver como corre hacia mí y me abraza. Y es esta sensación de amor, de hogar, de estabilidad que desborda todas mis emociones y lloro, grito mientras suelto mis lagrimas.

- Lo siento tanto, perdoname por favor, te juro que no sabia... -  pero mis palabras quedan en la nada misma cuando sus labios invaden el poco espacio personal que quedaba entre nosotros.

Como si fuera una droga, solo puedo centrarme en sus labios, en el movimiento y ruido que hacen al compas de un beso.

- Juro que si te perdía, me iba contigo. ¿Como puedo volver a amar si la que me enseño a amar eres tú? -  susurra en mis labios y me estremezco. 

Lo miro a los ojos y observo con detenimiento los mismos. Grave error.

Miedo, preocupacion, dolor... y más atraviesan esos hermosos y dulces ojos color marrón.

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⏰ Última actualización: Jan 31 ⏰

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Mierda, mi marido || Sheo #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora