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DANILO.

—Na, prefiero comer un sapo a que una lombriz.

—Asco,yo me mato antes de comer un sapo.

Había ido a buscar a delf, entonces estábamos los dos caminando hasta la estación de tren,y íbamos hablando de cualquier cosa.

Cuando llegamos a la estación de trenes, esperamos que venga uno,agarro de la mano a Delf y nos metemos rápido para escondernos.

—Vení—la agarro de la mano,y la siento más cerca mío.

—Me vas a decir a dónde vamos?

Dios,sus ojos son tan hermosos,sus pestañas son preciosas, podría contar sus pestañas y no me aburriría. Tenía unas pecas en su cara,muy pocas pero no eran muy notables.

—Deja de mirarme,pajero.

Parpadeo varias veces,y dejo de mirarla.

—No sé.

La verdad no me acuerdo que me había preguntado, entonces dije no sé.

—No sabés a dónde vamos?

—Qué? No,vamos a entrenar. Bueno,yo voy a entrenar,vos me vas a acompañar.

—Ahh, bueno.

—Te jode esperarme?

Antes que ella contesté,veo al hombre pasar por los pasillos para que muestren el ticket.

—Corre.

La agarro de la mano y hago que se levanté rápido,para empezar a correr hasta donde había una puerta,se abren y salimos de una.

—La próxima pago yo el boleto—me dice Delfi con la respiración agitada.

Yo suelto una risa,aún tenía su mano en la mía, recién suelto su mano cuando salimos de la estación de trenes.

—Eso hacemos siempre con Carlos.

Ella se ríe,su risa es re linda.

—Dios... Falta mucho para llegar?

—Unas cuadras nomás.

Seguimos caminando en silencio, a veces ella decía algo o me preguntaba una que otra cosa.

—Comiste?

Siempre me hacía la misma pregunta,no sé porque,pero me gusta que se preocupe por mi. Capaz porque nunca sentía que alguien se preocupaba por mi,pero me siento bien que ella si lo haga.

—No,pero no tengo hambre.

Ella me mira,saca plata de su bolsillo.

—Toma,anda a buscar un kiosco o algo.

—Na,posta no tengo hambre.

Ella le chupa un huevo, porque me agarra de la mano y cruzamos la calle para ir a un kiosco.

Su mano era tan suave,y chiquita. Tenía unas manos muy linda,ahre. Era re pajero.

Llegamos al kiosco,del me suelta la mano y toca el timbre.

—Hola... Quiero un pancho,y un jugo de naranja.

Ella me hace una seña para que le diga los aderezos.

—Eehh,mayonesa y papas.

Ya fue,tenía un hambre. No le iba a negar un pancho.

Cuando me da el pancho,del paga y nos damos vuelta para volver a cruzar la calle. Faltaban dos cuadras para llegar.

—Mejor?

Yo asiento con la cabeza,le sonrió y ella me devuelve la sonrisa. La sonrisa más linda que ví en mi vida.

𝑈𝑛𝑎 𝑙𝑖𝑛𝑑𝑎 𝑐𝑜𝑛 𝑢𝑛 𝑠𝑎𝑙𝑎𝑚𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora