Epílogo

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Delfina.

Ya pasaron dos años de que nos fuimos del barrio.

Y las cosas ibas demasiado bien,estamos bien acá.

Ahora mismo estábamos en Córdoba, estos dos años estuvimos acá. Nos estuvimos quedando en la casa de mí tía,en una pieza que estaba detrás de la casa de mi tía.

Danilo estaba re bien,empezó a jugar en boca,con Carlitos,y yo me anoté en un curso de pintura.

A él colegio no íbamos,lo dejamos. No estoy orgullosa de eso,pero bueno. Se que a cochi no le hubiera gustado.

Cochi,ya pasó dos años de su muerte,lo extraño. Todavía me cuesta superar su perdida,pero ahí está Danilo para ayudarme.

Él me sostiene en mis peores momentos,y yo hago lo mismo con él. Somos dos en uno,somos solo nosotros.

—Dale,gila,no es nada...

Estábamos acostados en la cama, él arriba mío besando mí cuello y yo debajo de él, acariciando su pelo.

—Estas re alzado,tarado.

Él empieza a besar mí cuello con desesperación,yo agarro su pelo con fuerza para retener un poco del calor que siento entre mis piernas.

Él lleva sus manos a mí remera para quitarla sin cuidado,yo me río al ver que está re desesperado.

—Qué te reís gila?

Yo lo agarro del cuello y lo acerco a mis labios para comerle la boca, él me sigue el beso con gusto,me agarra de las mejillas con fuerza para que abra los labios así él puede introducir su lengua.

Sus manos van a mis pechos, acaricia con un poco de fuerza pero no lo suficiente como para hacerme doler.

Deja de besarme para besar mis pechos,en todo momento me miraba a los ojos para ver en qué momento detenerse,pero yo no quería que se estuviera,yo quería que siga,que me haga suya.

Porque solo quiero ser de él.

—Puedo?

Yo asiento con la cabeza para que él me quita el corpiño,lo hace rápido y fácil.

—Boe,ya lo hiciste con otra,por eso sabes sacarlo tan rápido.

Él baja sus besos de mi pecho a mí estómago.

—Deja de joder,wachina.

Sus besos cada vez eran más bajos,hasta que llega a mí intimidad,me baja el shorts y la ropa interior al mismo tiempo. Me separa las piernas y me agarra por debajo de los muslos.

Suelto un suspiro cuando siento su respiración ahí abajo. Yo agarro su pelo con fuerza.

—Fua... —digo cuando siento su lengua.

Me lamía con delicadeza,pero aún así me estaba gustando,su lengua de detiene en mí clítoris,hacia circulos y eso me volvía loca.

Gimo con fuerza al sentir como mete su dedo,lo movía con fuerza,pero no me dolía por lo mojada que estaba.

—Wacha—me dice cuando agarro su pelo con fuerza.

—Dani...—lloriqueo al sentir algo en mí estómago.

Era un hormigueo,pero me gustaba,se sentía bien,muy bien.

—Dale... Correte.

Al decir eso muerde con delicadeza mí clítoris,y ese simple acto me vuelve loca. Y hace que suelte un grito ahogado para después solar eso que tenía en mi estómago,que se sintió demasiado bien.

𝑈𝑛𝑎 𝑙𝑖𝑛𝑑𝑎 𝑐𝑜𝑛 𝑢𝑛 𝑠𝑎𝑙𝑎𝑚𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora