solo son galletas

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El buen ambiente del centro comercial era siempre el mismo, fresco, concurrido, y con buen aroma; no avía ninguna familia que podía negarse a ello, siendo el caso de la familia de Haiku, la cual caminaba tranquilamente con barias bolsas indicando que quizás ya terminaron de hacer sus compras al dirigirse a la salida, no sin antes mirar los alrededores en busca de algún refrigerio, percatándose el patriarca de un puesto de galletas y otro de helados.

—Cariño ¿no crees que deberíamos esperar al almuerzo? — consultó la mujer a su esposo.

—Quizás, pero Haiku y yo creemos que una probada ligera no le sienta ningún mal a nadie, ¿verdad Haiku? — consultó el rubio hombre a su hija sabiendo que esta le daba más pie a su apetito que normalmente a su razocinio.

—Mmmmmm... tal vez, además nos podemos saltar el postre para la cena — contestó Haiku con seguridad.

—*suspiro* bien. Un helado no sentaría mal — dijo la mujer cediendo a su marido y hija

—y galletas — sugirió el hombre dándole unos cuantos billetes a Haiku —allí hay un puesto, puedes comprar algunas — prosiguió el padre —puedes quedarte con el cambio — concluyó mientras se daba la vuelta para dirigirse al puesto de helados.

Haiku hiso lo ordenado, pero al acercarse lo suficiente se dio cuenta de una cosa, y no era solo que no le especificaron el cuanto debería gastar, sino también él quien estaba en aquel puesto, no siendo lo que llamarían alguien que quisiese verla (al menos a ella).

Flashback:

Sí algo Haiku odiaba con todo su corazón era el olor a cigarro, junto con el potente olor a orina que abundaba en Flip. Pero bueno, si estar 20 minutos soportando olores y seleccionando los mejores productos eran la única forma en la que podría salir de su casa un domingo... preferiría quedarse en casa. Aunque eso ahora no importaba, De todas formas ya estaba ahí por lo que solo le quedaría ver que podía comprar con su madre.

Y hablando de madres, Haiku la buscaba mientras llevaba en su mano un cartón de leche el cual previamente había revisado que no tuviese una pegatina o algo que cambiase la fecha de vencimiento. Al Buscar en los pasillos por fin pudo encontrarla, esta por lo que parecía sujetaba un frasco de mayonesa, en cualquier otro caso no le tomaría importancia, de no ser que aquella mujer miraba con mucha atención aquel frasco por alguna razón.

—Mamá ¿ese frasco tiene algo? — le preguntó la menor mientras se ponía al lado de su madre.

—No... al menos por ahora — contestó la mujer poniendo aquel frasco en su bolsa.

Eso extrañó un poco a Haiku. Pero aún con eso puso la leche en la bolsa de su mamá para luego preguntarle: —¿ya es todo? Sabes que no soy mucho de quejarme en voz alta pero este lugar en serio apesta, y no apesta en el sentido de ser aburrido; sino literalmente apesta. —.

—Sí, solo quedaría buscar algo de harina. Mientras tú la buscas Yo iré a la caja a pagar por estos "excelentes —" productos — dijo la matriarca dándose la vuelta para emprender camino a la ya mencionada caja.

Cuando aquella mujer dejó a su hija sola esta solo pudo suspirar aliviada, por fin saldrían de ese lugar. Solo se preguntaba si acaso su mamá haría eso otra vez con Flip para conseguir las compras gratis.

Sin perder tiempo Haiku se dirigió a por la harina tranquilamente.

Al llegar se podía ver él como quedaba un solo paquete en la estantería, por lo que con algo de prisa se acercó al divisar a una chica que parecía llevar azúcar, vainilla, y chocolate; pareciendo que su siguiente objetivo sería aquella misma harina, ya que aun si no la miraba, nadie tendría esas cosas sin lo ya mencionado.

En mi perspectiva Eres un tontoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora