CAPÍTULO IV: Aroma a rosas(Sin corregir)

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18 de mayo del 2023
Elizabeth

A veces me pongo a pensar en si las casualidades existen y llegó a la simple conclusión de que sí que lo hacen.

Marco es un claro ejemplo de ello, llegó a mi vida desde hacía años pero simplemente no nos habíamos encontrado hasta que por causalidad lo veo en el mirador hace unos días. Y si, Marco estuvo presente en mi vida por años pero yo pasé desapercibida para él.

Digamos que era mi pequeño gran amor de adolescencia y que una vez le escribí una carta que nunca entregué, porque si algo me caracteriza es el miedo constante al rechazo y él era el típico chico popular que tenía por novia a la chica más inteligente y bonita de la escuela ¿Que pintaba yo con una carta? Exacto, nada.

Pero ahora, de repente, así porque al destino le plazca...¡AYER ME INTENTO BESAR! Mi yo de 15 años estaría orgullosa, mi yo de ahora tiene miedo. Si, miedo, después de estar toda la vida enamorada de Marco intente buscarme una pareja para olvidarle y no salió del todo bien, motivo por el que todavía mis padres no se sienten orgullosos de su hija, son cosas del pasado que prefiero olvidar.

—¡Elizabeth! Te buscan —Grita mamá desde la planta baja.

Me sorprende, no esperaba a nadie hoy y no tengo trabajos de práctica tampoco. Comienzo a bajar las escaleras y mi corazón se detiene al escuchar la voz de Marco y me miro en el espejo que adorna todo el paso de la escalera.

Vale, me voy a cambiar no pienso dejar que me vea así con mi mejor pijama. Vuelvo a subir el tramo de escalera que había bajado y me cambio a una velocidad que me sorprende. Me pongo un vestido negro que tenía encima de la cama, era ajustado y hasta la mitad de los muslos...¡mala idea Elizabeth!

—¡Elizabeth!

Vuelve a llamar mi madre desde abajo.

—Mierda, mierda, mierda

Murmuró mientras voy bajando las escaleras y acomodando mi cabello. Al llegar Marco está riendo con ella y tiene en su mano uno de los cascos de su moto.

—Al fin, Marco vino. Estaré en la cocina.

—Vale —Espero a que ella llegue a la cocina para hablarle a Marco— ¿Puedo preguntar a qué se debe tu sorpresiva visita?

—Tengo un evento y pensé que quizás querias venir, Buenos tardes por cierto—Dice levantando el casco que tenía en su mano.

—Sisi lo que sea pero ¿Es un evento de motos?

—Sip, como ya eres una motorista experimentada dije: ¿Y si la llevo para que me dé consejos?

—¿El chiste tiene segunda parte?

—Pues no ¿Puedes decir si o no? Ya voy un poco tarde.

—Primero, no me metas presión y si, quiero ir aunque tengo que cambiarme. —Digo mientras señalo mi vestimenta.

—Así estas perfecta, solo cambia las pantuflas de gato por otro tipo de calzado.

A puesto mis libros nuevos a qué estoy roja como los tomates. Tanta carrera y no me quite lo que más resalta

—S-si tienes razón, dame unos minutos.

Subo corriendo las escaleras y tomo mis botas altas de tacón colocándomelas, las de siempre porque soy más repetitiva que la Nutella. Al bajar noto que mi hermana está en la puerta, ella se voltea y entrecierra los ojos, sonríe al ver que mamá vuelve de la cocina

—Menos mal que te vistes bien ahora que tienes novio —Luego de eso, sube las escaleras.

—Que bien que sean pareja —suelta mi madre al notar el silencio — Cariño te has demorado para contarme pero no importa ahora —dice, mientras prácticamente me empuja hacia Marco, por suerte tome todas mis cosas —Ahora diviértanse y usen protección.

Entre Páginas[En Proceso][LIBRO I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora