Scorpius

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“Lo que pensaba que le diría algún día a mí hijo: Algún día cambiarás al mundo.

Lo que le digo cómo padre: ¡Deja de chupar la ventana!”

Cuando le dijeron que, después de muchos intentos, estaban embarazados no daba más de alegría. La sonrisa de bobo lo acompañó hasta que llegaron los cambios de humor.

Cuando los cambios empezaron tenía miedo de incluso moverse, su esposo no era otro que el-niño-que-vivió-y-venció. En más de una ocasión recibió maldiciones, nada que no pueda arreglar cumpliendo los antojos de turno o quedarse cuál estatua en un rincón.

Las únicas personas que podían acercarse sin riesgos eran su madre y la señora Weasley, todos los demás - incluso su padre- recibieron algún hechizo de Harry.

La noche del nacimiento fue aterradora, hermosa y, de nuevo, aterradora. Su dulce Harry lo amenazó con castrarlo mientras le trituraba los huesos de la mano.

Y puede que se haya desmayado cuando vio la sangre y viscosidades que acompañaron la salida de su bebé, lo que negaría hasta su muerte, pero cuando lo tuvo entre sus manos, tan pequeñito y hermoso supo que existía el amor a primera vista.

El niño era todo un Malfoy rubio, ojos grises y seguramente tendría una mente prodigiosa. Cambiaría el mundo mágico, no tenía dudas.

—¡Scorpius, deja de chupar la ventana!

—Nop.— el pequeño rubio siguió pasando su lengua por la ventana del despacho de su padre.

Pequeño mocoso insolente, seguro lo heredó de Harry.

Draco Malfoy x Harry Potter (drablles y oneshot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora