Draco Malfoy x Harry Potter (drablles y oneshot)

Torta

—¡Alto! — la imponente voz del guardia detuvo al caminante.— ¿Quién eres? Muéstrate.

Suspirando bajo la capucha de su capa mirando al guardia, que enseguida ahogó un grito e hizo una reverencia tan profunda y rápida que el monarca creyó oír los huesos de su espalda crujir.

—¡Alteza! Disculpe no lo reconocí.

—Tú no viste nada.— ordenó, no lo demostraba pero estaba avergonzado que uno de sus guardias lo haya encontrado deambulando por su propio castillo cómo si fuera un miserable intruso.

— Cómo ordene, Alteza.

—¡DRACO LUCIUS MALFOY, TE COMISTE MI TORTA!

Monarca y guardia temblaron visiblemente ante gritó que retumbó en el castillo.

Había pensado, esperanzado, de poder llegar hasta la cocina y rogar que haya quedado una porción de torta que Molly Weasley le había traído a su esposo y volver a llegar hasta las habitaciones reales antes de que se dieran cuenta de su crimen.
Pesados pasos se escuchaban venir del pasillo que conectaba con la habitación real.

—Sí me escondes te haré comandante en jefe.—  olvidándose que simplemente podía ordenarle al soldado, Draco lo miró con el terror pintado en los ojos.

—¿Mentirle a su Alteza?— murmuró espantado con la idea y el castigo que le darían.

—Te mandaré a la provincia más lejana.— negocio, consciente que nadie se atrevería a mentirle a su muy embarazado esposo.

Los pasos se sentían cada vez más cerca y en un acto de desesperación el soldado empujó a su monarca hacia una habitación de limpieza con nada de delicadeza.

—¡Soldado!— blanco como la nieve que caía afuera el soldado se giró e hizo una reverencia hacia Harry.— ¿Pasó mi esposo por aquí?

—¿N-no?— Draco aún dentro de la minúscula habitación golpeó su frente con su mano por el evidente nerviosismo de su soldado, y se supone que sólo la élite cuidaba el área de la familia real.

Harry entrecerró los ojos y con un movimiento de cabeza hizo que el pobre hombre que estaba por orinarse en los pantalones diera un paso al costado y así dejar al descubierto la puerta.

Un grito, que podría clasificarse como el de  una mandrágora, se escuchó por todo el castillo.
Inmediatamente filas de soldados corrieron hasta el origen del grito y al ver de quien se trataba mejor retrocedieron para ponerse a salvo.

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Estoy segura que será una anécdota que la bendición escuchará para antes de dormir🤣

⚠️Ningún soldado fue lastimado, sólo un monarca angurriento 🤣⚠️