¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
....::::**•°❄❇☸❇❄°•**::::....
Los halagos, elogios y regalos eran muchos los que le daban al pelirubio. Joyas tan caras y valiosas que ya llenaban toda una habitación. Él tan aburrido solo agradecía con esa expresión tan falsa y cínica, sabiendo que todas esas joyas se la pasa por los-
Era de noche, él momento perfecto para salir a cazar mujeres. Se había dado cuenta que desde que llegaste no había tenido tiempo de comer como lo hacía antes.
Devoró con tanta intensidad a su presa que hasta la elogio por su belleza mientras gritaba del dolor, hasta que acabo con su vida devorandosela.
Se molesto por la gran Mancha de sangre que tenia en toda su ropa, a él no le gustaría que lo vieras así. Aunque pensándolo mejor, ᴛᴜ́ ya sabías que comia humanos, re lamio sus labios, planeaba algo para tí,
Se detuvo unos instantes al observar la luna llena, esta realmente alumbraba todo como si fuese de día. Un tic en su ojo apareció y su corazón comenzo a latir, latir como nunca lo había hecho, se sorprendió pero sonrió saboreando él dolor, hasta que se volvió insoportable que comenzó a gruñir. Se metió la mano en el pecho arrancandolo.
Pero ahora que tenia el corazón en sus manos el dolor no se iba. Camino hacía tu habitación abriendo la puerta dejandote ver sentada mientras dormias tranquilamente.
Te despertaste por el ruido emitido de los sonidos de las maderas, lo primero que viste fue la sangre chocar con el suelo, ese sonido se grabó en tu mente haciéndola resonar. Miraste hacía arriba viendo el corazón que tenia Douma en sus manos y como este te lo extendía.
No podías creer que a pesar de estar fuera de Douma podía seguir palpitando, tenia una gran Mancha en su pecho, pero no tenia la herida. Su sonrisa te hacía causar escalofríos y esa forma de mirarte era la misma que cada vez que te hacía daño.
—Que... — chocaste contra la pared. Él te lo estaba entregando, se sentó frente tuyo esperando a que lo tomaras. Temblorosa lo hiciste, miraste como él rostro del pelirubio se relajo tanto que cerró los ojos y cayó al suelo como un saco de papas, lo miraste parpadeando varias veces, incluso parecía que estaba dormido, pero era imposible.
Te quedaste unos segundos procesando lo que acababa de pasar, viendo nuevamente el corazón que estaba en tus manos, este te llenaba las manos de sangre, que manchaba tu ropa, mas no le diste importancia y lo miraste fijamente.
