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Era algo más que palpitaba cada vez que te veía, no era su corazón pero sentía un cosquilleo en su estómago, lo confundía bastante, que lo único que hacia era desquitarse con personas inocentes matandolas sin inmutarse, dejando su enojo comiendo con un mal sabor de boca.Después de todo no le importaba.
Pero cada vez que te veía. Pensaba que era mágico, pero todas las noches sea él lugar donde este deseaba ir rápido donde tu estas, en todo momento no salias de su cabeza que se clavo las 10 uñas de sus manos.
Sabias que él estaba diferente, aquella vez solo se quedaba viendo tu rostro sin querer dejar de hacerlo, te acariciaba como antes no lo hacia, no era brusco y notabas sus mejillas rosas.
Incluso así te seguía haciendo daño, pero ya no era como antes, es el mismo quien vendaba tus heridas y limpiaba tus lágrimas, a pesar de que lo alejaras 99 veces, se acercaba 100.
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-D-detente - susurraste en su oído sintiendo sus filosos dientes en tu piel, hasta que por fin se separo.
- Eres tan hermosa, tu sangre sabe bien - sonrió tomando tus muñecas para jalarte a él y abrazarte poniendote en sus brazos con cautela. Tocaba ligeramente el lugar donde anteriormente te había mordido.
Suspirabas un tanto cansada y con la respiración entre cortada, lo notaba, besaba tu frente calmandote. De tu herida salía una línea de sangre bajando hasta tu nuca, él la lamio y sonrió para así después agarrar unas vendas que puedan cubrir tu herida, a pesar que ni supiese como curar lo hacía.
Te alejaste sentandote frente a él, observando tus libres muñecas y como estas estaban vendadas hasta los ante brazos.
- ¿Cómo puedo estar segura de qué no volverás a hacerme daño? - apretaste tu kimono - ¿cómo se qué me sonríes de verdad? - levantabas la mirada. Él negó y se acercó hasta quedar a centímetros de tí.
— Lastimame, tanto como yo lo nice, cortame, lo sentire como un beso — Se subio encima tuyo, ambos cayeron al suelo, apreto tus mejillas dandote un beso en los labios.
— Yo no lo sentí así, me dolio, me lastimaste. Te odio— Te separaste recuperando el aire que te habia quitado. Era mentira, lo amabas tanto que no podias vivir sin él, por mas de todos los golpes que te dio no podias dejarlo.
¿ᴘᴏʀ ǫᴜᴇ́ ᴊᴜɢᴀʙᴀ ᴀsɪ́ ᴄᴏɴᴛɪɢᴏ?
- Yo no sería capaz de hacerte daño - sonrió acariciando ambas mejillas tuyas. No querias creerle, pero tu corazón le creía todo lo que salia de sus labios - Sabes que hago esto porqué te quiero. Esto es amor -
ᴀᴍᴏʀ. ᴛᴀɴ ʙᴇʟʟᴏ ᴄᴏᴍᴏ ᴛᴀɴ ᴅᴏʟᴏʀᴏsᴏ.
De repente se acerco a tí, cerrando los ojos y juntando sus labios. Entre abriste ambos ojos sorprendida e inmóvil, su tacto con él tuyo no se alejaba. Una lágrima cayó de tus ojos y los cerraste.
Tomo tu mano e hizo que te pusieras de pie, tu reaccionaste pero no quitaste la mirada de sus manos juntas y entrelazadas, hasta que empezó a salir de la habitación donde te encontrabas. Él te había dado una habitación más cómoda y agradable, en donde no dormias en el suelo.
Ignorando a todos los que se volteaban a verlos salió del templo aún sujetando tu mano, miraste tu alrededor, pero esta vez no pensaste en escapar, por más que llevabas días pensándolo, ahora no lo hiciste.
te guió hasta quedar frente a la Luna. Tú sonrisa no se hizo esperar y en tus ojos el brillo apareció, gracias a la Luna, tus rasgos se veían perfectos.
- Te entregaré mi corazón - llamo tu atención, puso sus filosas uñas sobre su pecho y en un segundo los clavo dejandote con los labios entre abiertos.
- ¡¿Qué haces?! - apretaste su mano para acercarte a él, pero ya había sacado el corazón de su pecho, como aquella vez, te lo volvía a entregar. No necesitaba de un corazón.
Tomó ambas manos tuyas poniendo su corazón sobre estas que goteaban, pero no te inmutaste, pero tampoco la sujetabas bien, estabas procesando lo que acababa de pasar. Moviendo rápidamente tu cabeza lograste reaccionar.
Él sonrió y solto una risilla para entregarte un pañuelo cubriendolo. Lo envolviste con un severo nerviosismo al tocarlo pero no lo expresaste.
Se acercó atrevidamente hacia tí tomandote con sus finos y largos dedos de tu mentón elevandolo, cerrando sus ojos junto sus labios. Esta vez no estabas inmóvil, aunque no querias no evitaste corresponderle.
Te tomó de las piernas y te cargo quedando mas arriba de él, aun unidos. En el fondo sonreías, esto era lo que tanto habías querido, te querias sentir amada.
Había alguien que los estaba viendo. Sabia perfectamente que Douma era un demonio y tú una humana, diferentes especies que no podían estar juntas ni aunque quisieran.
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