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Donde (...) despierta en un lugar extraño y descubre qué ahora esta en la ciudad de Gotham en los Estados Unidos; ahí conoce a Batman y él comienza a sentir algo por ella.
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Pasaron un par de días después de aquel encuentro en el callejón. Llego a casa sana y a salvo gracias a él, venganza. Se sentia afortunada de que el vigilante estuviera cerca y evitara toda aquella situación.
—Buenos días. Puede sentarse donde guste, en un momento tomare su pedido. —(...) menciono sin levantar el rostro del café que preparaba hasta que termino. Levanto la vista y vio a quien menos esperaba. "¿Bruce Wayne?" Penso.
El millonario asintio y desvio su mirada de la chica y solo camino a una de las mesas del fondo para tomar asiento y mirar por el ventanal. A esa hora de la mañana no había mucha gente en el establecimiento, por lo que tomo la taza que preparaba anteriormente y la llevo hasta la persona que la pidió para después hacercarse hasta el recien llegado.
—Buenos días. Disculpe si me demore, ¿qué desa ordenar? —pregunto con una sonrisa genuina en vez de su sonrisa común de servicio a cliente (la sonrisa más falsa que podia hacer hasta ese momento).
—Un café americano sin azúcar, por favor. —ella asintio y se alejo, no sin antes mencionar un "ahora se lo traigo".
Regreso a la barra y comenzo a preparar el café con calma. Una de sus compañeras de trabajo, Mia, una chica rubia de ojos marrones y algo regordeta, se acerco a ella después de servirle a otro de los clientes que ya se encontraban ahí. La miro por un momento y vio una sonrisa algo picara.
—¿Y? De nuevo el principe de Gotham, debe ser el destino. —le susurro ya estando al lado de ella. (...) rodo los ojos ante este comentario. Mia tendia a ser una soñadora empedernida y, después de un par de veces en las que el millonario había acudido al lugar y (...) lo había atendido todas esas veces, comenzo a insistir con todo aquel asunto de las almas gemelas y el destino.
—Coincidencia, Mia. Coincidencia. —le corrigió ella con el mismo tono de voz sin creer en las palabras de su compañera. —además, este lugar es muy tranquilo, solo debe de querer un café y pensar en cualquier cosa que piensen los millonarios. —murmuro. Mia no estaba convencida de aquello.
—Claro, eso dices ahora. Después, cuando se casen, vivan felices y tengan una linda familia juntos te acordaras de mi, de las almas gemelas y el destino, te lo aseguro. —menciono Mia, haciendo énfasis en las últimas palabras. "Sí, claro, como si existieran." Penso rodando los ojos.
—Voy a entregar esto y seguimos hablando. —antes de que la chica mencionara alguna afirmación, salio de detras de la barra para entregar el café.
Por otro lado, durante la pequeña interacción entre ambas, Bruce enfoco su mirada en la chica. Después de los días desde la noche en aquel callejón comenzo a espiarla desde el edificio de enfrente en donde apenas era visible para la chica; de alguna manera la necesidad de querer proteger a la chica se instalo en el lugar más profundo en su mente.
La manera en que hacía pequeños gestos y hablaba en voz baja lo atrajo aun más hacía la misteriosa chica que, en el par de días que llevaba viéndola desde el edificio de enfrente, se le hacía un poco extraña. Algunas de las acciones que hacían era curiosas a su parecer.
