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Solo rumores




alyssa's perspective



Cuando la tragedia azotaba a mi vida, siempre iba hacia el único confort que nadie me quitaría. Yo era una devota a la Fe de los Siete como mi madre lo era—quien solía ser mi aspiración y persona a seguir.—y estaba muy orgullosa de eso. Después de todo, es lo que me inculcaron al ser criada en la cuna de la Fe de los Siete, Antigua. Donde también estaba localizado el Séptimo Estrellado, donde residía el Septón Supremo, la máxima autoridad de la religión. Estaba ya acostumbrada a pasarme horas aquí rezando, teniendo tiempo de cualidad con los dioses en el silencio y tranquilidad del Septo de mi elección. Así eran mis días cuando aún estaba en Antigua, repartía mi tiempo entre estar en la Torre, en la biblioteca o en el Septo Estrellado. Mucho me conocían ahí.

Este día, había tenido que pedirle a mi madre permiso para volver a Antigua por unos días. Queriendo rezar en el Septo Estrellado fuera de distracciones posibles.

—Madre me dijo que estarías por aquí.

La voz de mi mellizo pareció resonar como un grito entre los muros del silencioso Septo, lo cual interrumpió mi oración. Me levanté del lugar, apagando la vela que encendí antes y me dirigí a él. Mirándole con algo de molestia, él bien sabía que no me gustaba que me interrumpieran en tales momentos como este. Especialmente cuando me había ido un poco lejos para no estar con nadie. Él me llevó fuera del Septo para hablar, siendo exactos, a nuestro lugar secreto.

—¿Cuál es el problema contigo Alyssa?

—No entiendo a qué te refieres Daeron, deberías de especificar más.

—Quizás los demás no lo hayan notado, pero yo sí lo he hecho. Hay algo que te molesta hace días y encima pasas más tiempo con aquel bastardo que tendrás como esposo.—lo decía con frustración, podía verlo en él.—Dime qué te sucede, seguro que puedo ayudarte con ello.

—Daeron, no podrás, créeme.

—Rétame.

Sus intensos ojos púrpuras me observaban fijamente con una mirada decisiva, que entre eso se mezclaba la preocupación de lo no conocido y la molestia de mis visitas, yo en cambio no tenía pudor por esos ojos que tal vez a otros los petrificarían. Estaba ya acostumbrada a ellos, había convivido con esa mirada toda mi vida y no surtían efecto en mi persona. Pero tanto conocía esos ojos púrpuras, como también el hecho de que mi mellizo solía ser un chico de carácter testarudo y cabezota. Nunca se da por vencido, y menos si el asunto me rodeaba a mí. Siempre fue tan sobre protector desde que éramos niños.

—Aegon trató de abusar de mí y Jacaerys intervino antes de que lo hiciera, sino fuera por él, yo no sabría cómo estaría yo.—confesé finalmente, primero vino el procesamiento de la noticia, luego el shock momentáneo.

—¿Cuando fue?—preguntó.

—Hace unos días.

—¿Por qué no dijiste algo antes? Podríamos haber...

—¿Qué podríamos haber hecho Daeron? Nada, absolutamente nada.—lo interrumpí.—Madre no me creería igualmente ya que es su niño que nada malo puede hacer en su vida, y es nuestro hermano mayor. Solamente estaba borracho y cometió un error que no volverá a pasar.

𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐎𝐑 𝐃𝐔𝐓𝐘-𝐣𝐚𝐜𝐚𝐞𝐫𝐲𝐬 𝐟𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora