CAPITULO 23

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Seokjin

Los ojos de Jungkook se abrieron ligeramente.

—Umm... ¿en qué estabas pensando?

Le sonreí mientras agarraba su eje con más firmeza.

—Mmm. No estoy seguro. Podríamos lanzar algunas letras nuevas. Quizás jugar con algunas de las melodías de antes.

Jungkook siseó mientras tocaba su raja, maravillándome de lo pegajoso que estaba allí.

—O podrías follarme.

La polla de Jungkook palpitó mientras soltaba un gemido bajo.

—Jesús.

—Solo Seokjin —bromeé—. Ahora, ¿dónde estábamos con lo de follar? 

Me dio una mirada incrédula.

—Espera, te han gustado los hombres ¿por cuánto? ¿Cinco minutos? ¿Y ahora estás listo para llegar hasta el final? Es un poco repentino.

—Soy un maldito descarado. Debes saber que me gusta tirarme hasta el fondo. —Respiré profundamente cuando encontré su mirada—. Además, esto no parece repentino. Se siente como si hubiéramos estado construyendo esto todo el tiempo.

Me di cuenta de que Jungkook estaba vacilando. Me estiré para besarlo.

—Por favor —susurré entrecortadamente contra sus labios—. Necesito esto. Necesito sentirte dentro de mí.

Jungkook maldijo en voz baja.

—No tengo suministros.

Me aparté para fruncirle el ceño.

—¿Desde cuándo no estás preparado? 

Él puso los ojos en blanco.

—No voy a follar con otros hombres a menudo, Jin. Me parece un poco mal que siempre pretenda que son tú.

—Eso no debería hacerme tan feliz como lo hace.

—Puedo hacerte venir así —ofreció Jungkook, pasándome la mano a través de mis jeans.

Fue tentador. Especialmente con la manera hábil en que me estaba masajeando a través de la mezclilla. Pero no era suficiente. No sabía por qué era tan importante, pero ahora mismo necesitaba a Jungkook dentro de mí. Necesitaba saber que él era mío de la manera más primaria.

Estaba ardiendo. Necesitaba a Jungkook para apagar las llamas.

—¿Quién empacó eso? —Señalé la bolsa de la que Jungkook había sacado los Malteser antes.

—Arlo. ¿Por qué?

—Excelente.— Empujé a Jungkook y rebusqué es la bolsa El triunfo saltó en mi pecho cuando mi mano cayó sobre un pequeño tubo—. Lo sabía.

Un segundo más y tuve el otro artículo que necesitábamos. Se los mostré a Jungkook con una sonrisa.

—Es un pequeño cabrón decidido.

—Tenemos que invitarlo a cenar —dijo Jungkook, arrebatando el lubricante de mi mano. Su mirada se dirigió al condón y tragó—. Podemos usarlo si te sientes más cómodo, pero estoy negativo. No he estado con nadie en más de un año.

Mi aliento se quedó atrapado en mi pecho. Joder, desearía poder decir lo mismo. Ojalá hubiera esperado a Jungkook. O, mejor aún, deseaba haber despertado y haberme dado cuenta de esto hace años.

—Yo también soy negativo —dije—. Me hice la prueba después del final de la gira.

Su boca se abrió de golpe.

MEJORES AMIGOS, ALMAS GEMELASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora