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Actualidad.

—¡Lily!—entro rápidamente a la casa

—¡Estamos en la cocina!—me grita Eli, su nana, y suspiro aliviada encaminándome allí para encontrar a mi hermanita ayudando a Eli a cocinar galletas

—La tutora no pudo venir hoy, llamó para decir que estaba enferma—Eli me ofrece una sonrisa y yo asiento

—Hola, cariño—beso la frente de Lily—. ¿Qué tienes ahí?

—Galletas con chispas de chocolates—sonríe y yo asiento, tomando un par de chispas para meterlas en mi boca—. Un señor te estaba buscando.

—¿Ah si?—levanto las cejas—. ¿Qué señor?

—Pues...

—Que bueno verte de nuevo, Brianne—su voz tensa cada músculo de mi cuerpo.

—Lleva a Lily al jardín—le ordeno a Eli y ella parece darse cuenta de su error, porque toma un paño para limpiar y carga a Lily fuera rápidamente

Me doy la vuelta y encaro al árabe, que me ofrece una sonrisa burlesca mientras yace cruzado de brazos y recostado bajo el umbral de la puerta.

»No esperaba que llegaras tan temprano, no es tu horario normal—dice y llevo mi mano a mi arma—. Yo no lo haría. No si quieres seguir viendo a tu hermana—señala al jardín

Miro sobre mi hombro y alejo mi mano del arma cuando veo a dos Halcones custodiar a Eli y a mi hermana.

—¿Qué quieres?—cuestiono—. ¿Qué trabajo de perro faldero viniste a hacer?

Rueda los ojos.

—Antoni quiere verte. Quiere verte mañana mismo en Londres.

—¿Para qué?

—No le pido explicaciones al líder—masculla—. Lo que ordena se cumple y punto final. Ahora dígame si vendrá por su propio pie o tengo que llevarla a la fuerza. No me gustaría marcarla.

—Apuesto a que es lo contrario—lo repaso con los ojos y él se tensa. Sonrío—. Llama a tu piloto, salimos ahora mismo. Pero tus hombres no se quedan con mi hermana.

—No me crea estúpido—niega—. Mis hombres se quedan con ella. Pero no le harán nada, no se preocupe.

—No confío en ti.

—Eso no me importa. Nos vamos—se encamina hacia mi y yo respiro profundo, asintiendo antes de darme la vuelta y caminar al jardín

***

—¿Sabe qué me parece increíble?—me siento frente a Ali—. Tantas traiciones, tantas muertes... y tú sigues detrás de Antoni, como un perro en busca de sobras.

Aprieta la mandíbula.

»Tú me salvaste la vida—le recuerdo y mantiene sus ojos fijos en la ventana—. Mírame a los ojos, cobarde, ten los cojones de mirar a los ojos a la mujer a la que salvaste, a la misma que estás volviendo a condenar.

—Yo no la salvé—dice, y su indiferencia fría me enoja más—. Me disparó y huyó, ¿las drogas le impiden recordar bien?

—¿Por qué me mientes?—entrecierro los ojos y él respira profundo—. Yo no soy Antoni, no soy tus hombres, yo huelo tus mentiras, Ali. ¿Por qué te acobardas?

—Porque salvarte fue el mayor error de mi vida—se levanta y el desprecio que brilla en sus ojos me sorprende—. Todo lo fue. Debí dejarte morir o entregarte.

—Si, me gustas más cuando no eres un cobarde—sonrío y me levanto, mirando hacia arriba para poder verlo a los ojos y tiro de su camiseta, obligándolo a inclinarse—. Si me mientes de nuevo, te arranco la lengua, Ali.

Lo suelto y me doy la vuelta para entrar a la habitación del avión, cerrando los ojos mientras me mentalizo para lo que haré. «Tratar con Antoni no es sencillo, y algo me quiere pedir»

No quiere mi presencia solo porque si. Perfectamente podría haber enviado un mensaje con Ali, pero si pide mi presencia es algo que no requiere solamente palabras.

Me hago una idea de lo que puede ser, y rezo al cielo para que no sea nada relacionado con eso. Podría hacer lo que sea para hundir a Antoni, incluso dejar que me meta en este mundo de nuevo. Pero eso... puedo asegurar que me cortaría las venas antes de darle eso.

Thorns of a Love [Ali Mahala]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora