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ㅡ¡Ven con mamá, bebé! Vamos, Ji-Hoon, yo sé que puedes... ㅡJennie estaba sentada en un extremo del salón, mientras Rosé junto al más pequeño de la casa se encontraban en la esquina opuesta.

Hace un par de semanas Ji-Hoon había comenzado a darles indicios de que tenía demasiadas ganas de empezar a caminar. Por más que el bebé gateaba ya hace un tiempo, nunca había dado sus primeros pasos, por lo que ambas adultas se encomendaron la tarea de intentar que eso sucediera en un lapso corto de tiempo.

Sang-Hoon también estaba sentadito a un lado de su mamá, estiraba sus bracitos y llamaba con esa vocecita tierna a su hermano, esperanzado de que el cachorro acudiría a sus brazos.

ㅡ¡Má! ㅡchilló emocionado entre tambaleos. Se frustró un poco cuando cayó sentado luego del primer paso, pero rápidamente Rosé lo puso sobre sus piecitos y besó sus mejillas para alentarlo.

ㅡVamos, bebé, ve con mami ㅡla alfa instruyóㅡ solo un par de pasos, hijo.

ㅡ¡Ven, Ji! ㅡSang-Hoon le sonrióㅡ ¡Te prestaré mi autito!

Ante la mención del preciado juguete que Sang-Hoon cuidaba prácticamente con su vida, el bebé pareció alegrarse porque enseguida afianzó sus regordetes muslos y entre temblores dio el primer paso.

Los lobos de los integrantes restantes estaban frenéticos, chillando y jadeando ante el desarrollo. Jennie liberaba feromonas que invitaban a sus hijos a acurrucarse en su cuello y a su alfa a algo más, pero no la culpen, estaba muy feliz y para colmo pisando los días previos a su celo.

ㅡ¡Eso es! ¡Qué bebé tan bueno! Mami está orgullosa de ti... ㅡJennie lo recibió entre sus brazos cuando el tramo de cinco pasos fue completado. Un par de lágrimas se deslizaron por sus mejillas cuando las emociones la sobrepasaron y llenó de besos el rostro regordete.

ㅡ¡Yo también quiero besitos de mami! ㅡSang-Hoon frunció el ceño y reclamó con fuerza mientras pisoteaba el suelo con uno de sus piecitos.

Ambas adultas detuvieron su festejo y lo observaron con atención. El alfita no era de exigir cosas y mucho menos reaccionar de esa manera. Su aroma de avellanas estaba agrio y picoso, detonando celos y malestar.

ㅡAlfa, ven aquí ㅡRosé lo señaló con su característica neutralidad.

Sang-Hoon pareció dudar un poco, su mamá nunca lo llamaba alfa, a menos que se tratara de algo importante, sin embargo, confiando en que todo estaría bien, se encaminó decidido para luego plantarse delante de la mayor, que al estar sentada en el suelo quedaba casi de su altura.

ㅡ¿Por qué le hablas así a mami? ㅡinquirió tomándolo de la cintura con delicadezaㅡ ¿Mhm? Sabes que en casa no gritamos y mucho menos exigimos cosas de mala manera.

ㅡYo... ¡Quiero besos de mami! ㅡvolvió a elevar la voz, pero esta vez la misma se quebró un poco.

Ji-Hoon, al sentir el aroma de su hermano, también comenzó a llorar, refugiándose al instante entre los brazos y cuello de Jennie. La castaña lo cubrió con su calor, pero no pudo dejar de observar la escena frente a ella. Estaba realmente pasmada, su hijo no era así y no podía entender como con tan solo casi cuatro años sus feromonas estuvieran influyendo tanto en su sistema.

ㅡEstá bien, Hoonie, entiendo ㅡRosé lo tomó entre sus brazos y lo afianzó a su torso mientras esquivaba con gracia las pequeñas patadasㅡ estás frustrado y eso hace que no puedas gestionarte de la manera adecuada... iremos un rato fuera para que el clima nos ayude a relajarnos.

Ambos se pusieron de pie, con el niño sollozando estrepitosamente sobre su hombro, y con un asentimiento salieron. Jennie se quedó en la sala intentando calmar al menor de sus hijos mientras se preguntaba si muy en el fondo su trabajo como mamá estaba fallando como para generar esa clase de celos y rivalidad entre sus pequeños.

Cada madre se dedicó a calmar a uno de los niños, Rosé fuera de la casa con el clima invernal enrojeciendo sus mejillas y Jennie a un lado de la chimenea tarareando y meciéndose.

Al cabo de un tiempo los llantos ya habían cesado. Rosé ingresó de nuevo con Sang-Hoon de la mano. El alfita tenía las mejillas enrojecidas y ojitos un tanto hinchados, pero no dudó en encaminarse hasta posarse delante de su mami y su hermano. Tomó con delicadeza la mano de Ji-Hoon y la besó con suavidad, luego repitió la misma acción con su mami.

ㅡLo siento, mami ㅡmurmuróㅡ Heonnie no quiso gritar ㅡJennie sabía que su bebé hablaba en tercera persona cuando estaba frustrado y triste y eso le dolió en el fondo de su alma.

ㅡEstá bien amor, disculpas aceptadas. ¿Te gustaría sentarte en mi regazo junto a tu hermano?

Después de asentir, tomó el lugar que se le ofrecía. Estaban apretados, pero cabían perfecto entre los brazos del mayor. El aroma de la miel era tan suave y empalagoso que mantenía a todos en una especie de aura pasiva y adormilada.

ㅡ¿Me quieres, mami? Porque yo te quiero muchote.

ㅡOh, bebé... claro que te quiero, es más, te amo con toda mi alma ㅡJennie besó entre sus cabellitos sonoramenteㅡ nunca dudes de eso. Lo que sentiste hace rato fueron celos, mi amor, y está bien, es propio de las personas, pero no puedes permitir que eso domine tu alma por completo. Los celos son bichitos malos, que hacen a las personas sentir cositas feas y mi bebé no merece eso. Siempre que creas que los bichitos corren por tu cuerpito ven hacia nosotras y todos juntos como familia los espantaremos ¿de acuerdo?

ㅡEntiendo. Gracias por ser mi mami ㅡSang-Hoon besó su mejilla y volvió a ponerse de pieㅡ ¡Mamá dijo que podemos hacer pa'omitas con una película!

ㅡ¡Eso suena fantástico! ㅡJi-Hoon se removió inquieto, llamando la atención de ambosㅡ A Ji-Hoon también le gusta la idea.

ㅡ¡Pa'omitas!

ㅡVen, hermanito, mamá está en la cocina.

Y así, con paciencia y cariño fraternal, ambos niños se encaminaron con pequeños pasitos a donde la alfa mayor los esperaba. Jennie pudo escuchar sus voces y risas a lo lejos y el júbilo volvió a invadir a su lobita interior.

Necesitaba asegurarse de que los lazos de su manada se mantuvieran fuertes, no podía permitir que sus propios hijos se autodestruyeran uno al otro y estaba en su poder instruirlos para que se amaran y se apoyaran frente a todo. Obviamente, aún eran niños y los celos eran cosa normal en ellos, pero para nada quería que eso continuara en el futuro. Se prometió hablar con su alfa más tarde para poder trazar un plan que esperaba fuera de ayuda en posibles situaciones al porvenir de este tipo. 

The family's farm | ChaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora