Final

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¡Era año nuevo!

Sang-Hoon corría emocionado por toda la casa con su hermano, siguiéndolo de cerca mientras escapaban de una frustrada Rosé. La alfa mayor tenía encomendada la tarea de bañar a los pequeños y prepararlos para recibir el 2024 con sus blancos atuendos inmaculados.

La familia entera tendría una cena de despedida de año, simplemente ellos, para comodidad de todos.

Jennie se había pasado la mañana y parte de la tarde limpiando y purificando la casa debido a que consideraba que el año nuevo era para llevarse lo innecesario, ayudar al otro y atraer energías positivas; por lo tanto, separó varias bolsas de ropa de los niños y propia para donar a la caridad. También Sang-Hoon había seleccionado, por propio incentivo, un par de juguetes que ni él ni su hermano utilizaban y que estaba seguro de que le alegraría el nuevo año a muchos cachorritos.

Había terminado agotada y todavía faltaba acabar de hornear un pastel para el postre. Ambas adultas habían finalizado la cena un par de horas antes, por lo que eso no era una preocupación que sumara al ajetreo.

ㅡ¡Mami, mami! ㅡgritó Ji-Hoon antes de aferrarse a su pierna. La omega comenzaba a perder la paciencia, pero de igual manera suspiró en alto y le dedicó una sonrisa.

ㅡ¿Qué hacen aquí? Deberían estar en el cuarto de baño con mamá.

ㅡNo nos queremos bañar, mami ㅡacotó el mayor.

ㅡAlfita, deben bañarse ㅡintentó consolarㅡ no querrán recibir el año nuevo oliendo como cochinitos.

ㅡAmor, lo siento tanto ㅡRosé entró en escena jadeanteㅡ cachorros, al baño ahora.

Y los pequeños se ve que pudieron notar que la oración carecía de toda broma porque enseguida se separaron de la omega para desaparecer por el pasillo.

ㅡEstás agotada, omega, ¿por qué no vas a tomar un baño y descansar un poco? Solo somos nosotros.

ㅡNo es por eso, alfa, sé que cenaremos los cuatro solos como todas las noches, pero de verdad quiero que sea algo lindo.

ㅡY lo será ㅡla mayor se acercó con tranquilidad y besó sus labios un par de veces mientras la cubría con su aroma para apaciguarleㅡ ya está casi todo listo, me encargaré de los niños y luego vendré a sacar el pastel del horno.

Y Jennie aceptó porque su cansancio era tal que terminaría descargándose sobre quienes menos se lo merecían.

Cómo le había dicho su alfa, tomó un baño de burbujas, preparó su atuendo para que no se arrugara y luego se acobijó hasta caer en sueños.

Un par de horas después despertó renovada, se cambió, peinó y maquilló sutilmente. Oía las risas y voces de su familia en la planta baja, Rosé murmuraba algo que no lograba descifrar y los cachorros reían a carcajadas.

ㅡ¡Qué bonito!

La mesa del salón estaba cubierta de un mantel balcón con olanes en las orillas. La mejor de sus vajillas estaba colocada con suma delicadeza y estrategia en los cuatro lugares y los cubiertos de plata generaban un lindo contraste. En el centro brillaban unas velas incrustadas en el mismo material.

ㅡ¡Hicimos esto para nuevo año, mami! ㅡSang-Hoon le sonrió desde abajo mientras su camisita a líneas se alzaba sobre su ombligo al estirar los brazos en su dirección.

Jennie lo recibió entre sus brazos con cariño y besó sus mejillas repetidamente hasta que las risitas resonaron en sus oídos.

ㅡEsto es muy lindo, mi amor, gracias.

ㅡMamá dijo que teníamos que dejar descansar y nosotros no fuimos.

Le sonrió con ternura contenida, sus hijos eran tan amables y cariñosos que cada día estaba más orgullosa del enorme esfuerzo que llevaban adelante junto con su alfa y que día con día dejaba ver increíbles resultados.

ㅡHola, mi amor, ¿tuviste un buen descanso? ㅡla alfa mayor ingresó al salón con las manos enguantadas y lo que parecía ser lasaña entre ellas. Estaba tan guapa, con una camisa y pantalón a juego oscuro y el flequillo cayéndole con gracia sobre su frente.

ㅡAsí es, mi alfa. Gracias por encargarte de todo.

ㅡNo hay nada que agradecer. Hoon, ¿quisieras ir a ayudar a tu hermano en la cocina? Traigan con cuidado las servilletas y la canasta de pan.

ㅡ¡Sí, mamá! ㅡy el alfita fue depositado en el suelo luego de besar un par de veces la mejilla de su madre.

Jennie avanzó los pasos que la separaban físicamente de su alfa y luego de que la lasaña fue depositada sobre un individual en la mesa, se fundió entre sus brazos. Amaba tanto a esa mujer que su loba no podría seguir adelante si algo llegaba a sucederle y es que el destino siempre había tenido un plan para ellas, solo era cuestión de esperar.

Se mantuvieron en la misma posición por unos segundos, simplemente dejándose llevar por el aroma y la compañía de la otra, pero, como era de esperarse, gritos y llantos de cachorros las hizo retroceder. Buscó con la mirada a sus hijos y los encontró en el arco que conectaba ambas habitaciones, peleando por quién sería el que llevaría las servilletas a la mesa.

ㅡOkey, niños, ambos pueden ayudar ㅡintervinoㅡ Hoon, puede cargar la sesta y Ji-Hoon servilletas.

Pasaron su noche deleitándose con la mezcla de sabores de las diferentes comidas, los cachorros ensuciaron un poco a su alrededor, aunque pusieron en práctica lo que sus madres les habían enseñado y limpiaron lo mejor que pudieron. La cena había estado deliciosa y el pastel un poquito quemado por el descuido de la mayor. Jennie solo le sonrió, por lo menos, haberlo intentado ocultarlo con una capa de chocolate y chispitas de chocolate.

Esa noche Jennie brindó por haber seguido sus instintos y dejándose llevar por la encantadora jefa, por haberle permitido a su loba amar una vez más y por dejar atrás la ajetreada ciudad que la consumía día con día. No sabe que habría sido de ella si se hubiese negado a seguir a la alfa a las profundidades campestres.

Brindó, a su vez, por sus dos más grandes tesoros, aquellos niños que con el pasar de los días dejaban de ser cachorros para convertirse en jóvenes hambrientos de aventuras y experiencias. No se permitía a si misma torturarse con el día en el que tendría que dejarlos ir, pero si los acompañaba de la manito en cada paso.

Elevó su copa por años de abundancia y prosperidad, por su huerto y los animales de la granja; por haber amado, y más que nada, por la unión de sus almas.

Jennie era feliz, amaba y recibía tanto amor a cambio que nunca en la vida imaginó que sería digna. Por un 2024 lleno de emociones y páginas por rellenar. Por un año acompañada.    

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Fin de esta linda adaptación.

The family's farm | ChaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora