The Only Exception╰☆╮Enzo Vogrincic

2.2

I swear I don't
Miss you at all
And I barely still remember
Who's in the picture on my wall

I Don't Miss You At All - FINNEAS

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14 de Junio del 2013, Ignacia

Llego a la casa y me dejo caer en el sillón.

Ya era definitivo, daría las pruebas de la PSU en diciembre y el próximo año entraría a la universidad.

Me pican las ganas de contárselo a Enzo, pero llevo un par de días ignorando sus mensajes y no me da la cara para hacerlo. En su lugar se lo cuento a Belén, quien me envía un montón de emojis como celebración.

Almuerzo rápido, en dos horas tengo que estar en el trabajo y tengo que tomar el transporte público.

Me gusta mi trabajo más de lo que pensé, aunque a veces hay olores raros o situaciones inesperadas los días se hacen amenos junto a mis compañeras.

Al llegar al Spa me saluda Valentina con una energía envidiable.

-¿Cómo te fue?

-Bien, mi sentencia de muerte está firmada con fecha en diciembre ¿Vos no te inscribiste?

Ella se ríe despacio y la miro confundida, pero después me doy cuenta que se me ha escapado un acento raro. La mezcla de mis dos raíces que no resulta bonita en los oídos.

-No puedo ir a la U, tengo que ahorrar aquí aún.

Ella trabaja limpiando, es un año mayor que yo y tiene dos criaturitas que parió cuando era una adolescente. La admiro un montón y la considero una amiga aquí, pero algo en ella me recuerda a la señora Vogrincic, lo que inevitablemente me recuerda a sus hijos.

Y es precisamente en ellos en quienes no quiero pensar ahora.

Seguimos hablando hasta que llega un cliente y lo guio a una de las habitaciones que están casi al fondo. El olor a cera me llega como una patada, sobrepasando el perfume del cliente que me sonríe cordialmente mientras se saca la camiseta.

-Solo las axilas hoy porque no tengo tiempo-. Me explica en un susurro y se recuesta en la camilla.

Hago mi trabajo con precisión y rápido, soy buena en esto y los clientes se lo cuentan a mi jefe, lo que me asegura al menos otro mes con un trabajo estable.

Me divierto con las chicas que vienen a depilarse mientras me cuentan de sus citas o problemas familiares, absorbo el drama como una esponja e incluso hablo de los míos si son tan amables como para preguntar.

En teoría estoy bien, me veo bien y tengo buena salud.

Pero me duele todo cuando me acuerdo de Enzo. Y me acuerdo de Enzo muy seguido, aún antes de saber que me gustaba eramos inmensamente cercanos y ahora hay unas cuantas barreras que nos impiden volver a serlo.

Es incómodo hablar con él y eso me duele, nunca habíamos tenido esos problemas. Cuando quiero hablar con él no está disponible, y cuando el quiere hablar conmigo yo acabo de decidir no volver a hablarle nunca, nunca más.

Mi papá me habla de él cuando lo llamo. Nati al menos tiene la decencia de esperar a que yo pregunte para empezar a contarme de todas las chicas que Enzo se lleva a la cama.

Pienso en Sofi, en sus ojos claros siendo nublados por lágrimas y me pregunto si de verdad tomé la mejor decisión al escapar de la única persona que me enamoró.