Falsas Verdades

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Pedro-¿De qué cuerpo hablabais las chicas y tú?

Sara se quedó boquiabierta ante la noticia, no había otra solución, debía contarle la verdad, la verdad sobre que paso aquella noche y de quién era el cuerpo, pero si contaba la verdad pondría en peligro a sus amigas, sobre todo a Lucía, no sabía qué hacer.

Pedro-¿Sara?

Sara-Prometeme que no se lo dirás a nadie.

Pedro-Dímelo ya.

Sara-Todo paso después de la cena de bienvenida de los Wesly, cuando estábamos limpiando el desorden que dejo aquella cena entro un hombre enmascarado, era un ladrón, yo y Lucía estábamos en la cocina mientras Marta y Zoe estaban en la sala de estar, mientras Lucía y yo limpiábamos la cocina, se escuchó un disparo y un grito, cogí la pistola de mi bolso y fuimos a la sala de estar, cuando lleguemos era demasiado tarde Marta yacía en el suelo llena de sangre, cuando él apuntaba con la pistola a Zoe yo no tuve ningún remedio más cogí la pistola y le dispare. Después escondimos el cuerpo para que la policía no le encontrará y para que nadie supiera lo que hicimos, al ladrón no lo conocíamos, ninguna de las cuatro debía ser de las afueras y vendría a robarnos a todos los vecinos. Todo lo que hice fue para protegernos a todas y también a los vecinos.

Sara se sintió muy mal por mentir a su marido, pero debía proteger a sus amigas, ya que ellas también lo harían, su marido se quedó sin palabras durante unos cuantos minutos se quedaron en silencio mirándose, lo único que se podía escuchar eran esas lágrimas caer sobre el sucio y frio suelo de ese oscuro aparcamiento de coches.

-¿Tú mataste a ese señor?

-Sí, no tenía más remedio.

-Deberías entregarte.

-No es tan fácil como parece.

-Fue en defensa propia, no tenías otra cosa que hacer.

-No puedo entregarme, pondría en peligro a mis amigas también.

-¿Prefieres a tus amigas antes que a tu marido?

-No me hagas esto.

-Necesito un tiempo para pensar sobre esto y sobre nosotros, no me esperes en casa.

-No te vayas.

Pedro se marchó ignorando las palabras de Sara y sus llantos, las chicas que vieron todo, corrieron hacia Sara y la consolaron, al llegar a casa los hijos de Sara le preguntaron por Pedro, ella no sabía que contestar, al final les dijo que estaba en un viaje de negocios y que no sabían cuando volvería, después acostó a los niños y llamo por teléfono a Pedro, él no le contestó a ninguna de sus llamadas.

Al día siguiente todas quedaron en casa de Marta, hablaron sobre todos sus problemas y también hablaron de como iba la investigación, de repente alguien pico a la puerta, al abrir descubrieron que era la madre de Adrián.

Merce-Ay, pobre de mi hijo, que pena, que pena.

Marta-Merce, qué agradable sorpresa, ¿qué te trae por aquí?

Merce-¿Dónde están mis nietos?

Marta-Pues Emma y Sofi en el cine con sus amigas y Max en un cumpleaños.

Merce-¿En serio dejas ir a tus hijas de 14 años solas con sus amigas sin un adulto?

Marta-Deja de especular y dime lo que quieres.

Merce-Quiero la custodia de mis nietos.

Marta-¿Cómo?

Merce-Sí, yo puedo darles la vida que se merecen y tú no.

Pequeñas Mentiras          Sara RivasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora