La gente miraba curiosa a los lados preguntándose en donde estaba la otra persona al frente. Seokjin estaba nervioso diciendo miles de excusas en su mente del porque su prometido no estaba aún a tiempo.
Pasos rápidos resonaron por el costado en donde él estaba y miró como Hoseok venía a él con su rostro pálido como un papel.
- ¿Ho? ¿Qué pasa? -el chico negó con la cabeza y susurró las palabras en su oído.
No podía ser verdad aquello.
Se separó de su amigo y el castaño espero a que su mejor amigo saliera del shock en el que estaba. Lo vio soltar una risa nerviosa y negar dejando su flequillo largo negro caer por su frente.
- No bromees con algo así Hoseok -susurró al borde el llanto.
- Sólo sígueme Jin -el delta con una mueca triste tomó la mano de su mejor amigo y lo llevó con prisa hacia el sitio en donde su hermana le había dicho ver a Namjoon entrar hace unos momentos.
Si bien, el alfa nunca le había agradado antes solo por robarle el amor de su pequeño, ahora estaba que lo mataba apenas lo viera. Nunca debió atreverse a entrar en la vida del omega si iba a destrozar su corazón así. Cuando miro por el rabillo de su ojo como su esposo Yoongi le seguía de cerca, supo que el alfa de la supuesta boda iba a pasarla mal.
Jin se había hecho para Yoongi como el hermano que perdió hace muchos años. No iba a medir las consecuencias para castigar a ese tipo.
Dando la vuelta en la esquina y escuchando los pasos apresurados de la demás gente que les seguía de cerca curiosos por la extraña salida de la iglesia, todos echaron prisa hacia la aparcada limusina blanca que estaba al pie de las escaleras.
Jin bajo a prisa tomando a Hoseok con más fuerza para no caer por la bruma de las lágrimas que lo atacaban.
No quería creer que era cierto, Namjoon jamás le haría algo como eso.
Él lo amaba. Todas las promesas que hicieron juntos pasaron por su cabeza en el instante en que su mano tomó la palanca de la puerta del automóvil.
Lo abrió sin querer realmente ver lo que había dentro y la visión que obtuvo simplemente terminó de matarlo por completo.
- ¡Seokjin! -el alfa cubrió al omega debajo suyo y tomó sus propios pantalones para cubrir su cuerpo inútilmente.
El ramo al que aún se aferraba el joven omega cayó al suelo antes de verlo salir corriendo lejos de allí y a toda prisa hacia donde nadie pudiera seguirlo.
Vergüenza.
Jin se sentía un estúpido por creer que un alfa así lo amaría.
Namjoon maldijo en voz baja y volvió a mirar a Jimin que había quedado en un shock y tomaba su ropa vistiéndose lento. Volvió a mirar la puerta abierta y a muchos ojos mirar hacia donde él estaba. Todos ellos estaban lejos de felicitarle por encontrar a su verdadera pareja destinada.
Claramente se ganó el odio de más de la mitad de los invitados. Ni siquiera su propia familia quiso dirigirle una mirada. Se lo merecía.
Y más aún la paliza que el alfa que cuidaba a Jin le había propinado.
De no ser por su pareja estaría seguro de haber muerto.
- No soy un ser misericordioso maldito perro infeliz -musito con los ojos rojos característicos de los delta- Te quiero vivo para poder matarte yo mismo después.
Con eso ambos chicos lo dejaron libre siendo ayudado solamente por su destinado. Sabía de ante mano que estaba haciendo las cosas mal, desde que encontró a Jimin debió decirle a Seokjin la verdad pero en verdad cada vez que miraba la alegría e ilusión en esos ojos pequeños... hacía que su corazón se estrujará en su pecho al pensar en acabar con la felicidad ajena.
Un monstruo no debería siquiera pensar en redimirse.
- Namjoon yo... -el joven a su lado, ya estando con ropa y una mirada llena de arrepentimiento miró a su pareja alejándose un poco al creer que éste estaría molesto.
El alfa sonrió y tomó la mano del más pequeño para pasar los nudillos a sus labios. Quería explicarle todo a Jin, pero no ahora. Las cosas estaban muy tensas ahora.
- Vamos a casa Jimin, no tenemos nada que hacer aquí ya -el menor asintió viendo como aun quedaban personas afuera cuchicheando sobre ellos.
Él no era el malo de la historia. ¿Seguir a su corazón lo hacia un despiadado?
Claramente no, pero le habían roto el corazón a un tercer chico que no tenía culpa en esto.
Demonios...
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Winter Falls
Short StoryJimin era un omega que tenía todo mientras Seokjin era uno que no tenía nada. Cuando sus caminos se cruzan por distintas razones no esperan que luego de el sufrimiento que vivieron encontrarían la felicidad verdadera.