Los pasos del hombre que desencajaba en el sitio hicieron que muchos miraran a la entrada echando miradas divertidas y una que otra llena de genuina lastima. No necesitaban dos dedos frente para saber que había sido un novio plantado en el altar.
Y sus feromonas de depresión se podían oler a kilómetros.
El joven se acerco a la barra pidiendo al barman su primera bebida. Lejos de tomarse las cosas con calma o melancolía, empino el vaso hasta acabar en un segundo con el. Y a ese le siguieron muchos más.
Jungkook siempre creyó que cuando encontrara a su destinado lo haría de una forma totalmente romántica en donde el corazón se lo haría saber. Era algo de lo que los alfas dominantes estaban orgullosos, podían saber que su alma gemela estaba en el mismo sitio que ellos y sus corazones latirían como locos y sus lobos aullarían con locura.
Al menos eso decían las historias...
Nada le había preparado para que la visión de un omega ebrio, lloroso, abrazado a una botella de vino y maldiciendo entre voces a un hombre, le pareciera sumamente tierna. La cara del chico detrás de la barra le decía muchas cosas: que estaba a un pelo de echar a la calle a esa preciosidad.
- ¡Oh, querido aquí estas! -llamó atrayendo la atención de muchas más personas de las que pensaba. El omega le miro cerrando sus ojos tratando de comprender si estaba soñando o no- Te fuiste tan rápido que de pronto me asuste, ¿no soy suficiente para ti cariño?
Los cuchicheos de la gente atrás suyo le causaron voltear los ojos. El chico sentado balbuceo de nuevo antes de alejarse un brazo de él y mirarle con recelo.
- No quiero verte. Me engañaste. Te odio -exclamaciones sorprendidas y la suya propia hicieron que el chico volviera a lagrimear.
Jungkook no sabía qué hacer.
- Cariño, no fue así. Permíteme explicarte, yo...
- No quiero verte ya, déjame solo y vete con ese tonto -hizo pucheros enterneciendo el corazón que se agitaba del alfa.
Lastima por el alfa que había dejado ir a ese pequeño corderito, el era un lobo y sabía bien disfrazarse de cordero para conseguir lo que quería. Y lo que quería seguía intentando huir de sus brazos.
- Dime que necesitas, te lo daré todo -le tomo de las manos inclinándose hacia abajo para que el omega viera que estaba dispuesto a todo por él- Dímelo.
El omega volvió a hacer un gesto triste y limpio con el puño de su camisa blanca de encaje las lagrimas que bajaban de sus mejillas.
- Quiero que me hagas olvidar este día horrible, Namjoon -miro hacia abajo a la argolla que llevaba en su dedo y la deposito en la palma que Jungkook le había brindado con una expresión de shock- Deshazte de él y cómprame uno mas bonito.
Jungkook no podía creer que el omega dijera ese nombre. ¿Estaba escuchando bien?
Soltó una risa fastidiada. Había visto el estado en el que Namjoon y Jimin habían quedado luego de estropear la boda y deseo haber hecho algo en contra de la expresión indiferente del alfa hacia la pregunta de su ex prometido. El chico claramente era el más afectado y Jungkook había corrido con la suerte de encontrarse con el ex prometido de Kim Namjoon.
Jamás le conoció antes y estuvo un poco ansioso de conocer al prometido de su empleado y las maravillas que contaba sobre éste.
Ahora que le conocía deseo que las vidas de ambos nunca se hubieran cruzado. Pero si tuvo que darle gracias a Namjoon en eso. De no haber dejado a su prometido por otro, Jungkook nunca habría encontrado al omega que por la diosa luna, le pertenecía.
Se llevó de allí al omega buscando por todos lados un anillo de compromiso que fuera digno para él y lo encontró. No supo si era la adrenalina o sus inesperados impulsos primitivos los que hicieron que se casaran allí mismo en la misma iglesia en la que habían estado anteriormente.
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Winter Falls
Short StoryJimin era un omega que tenía todo mientras Seokjin era uno que no tenía nada. Cuando sus caminos se cruzan por distintas razones no esperan que luego de el sufrimiento que vivieron encontrarían la felicidad verdadera.