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    Pasaron casi ya dos semanas y  Noah habia sido bastante claro al referirse que no queria que abandonara el palacio, es por eso que tenia a Aleksander pegado a las veinticuatro horas del dia. No estaba molesta con Alek, pero el hecho que no me dejara sola ni por un minuto ya se estaba volviendo tedioso.

    –No te aburres de perseguirme todo el puto dia – mire a Alek con disgusto.

    –La verdad es que no, ademas, aunque me molestara – dijo tono firme – son ordenes del principe.

    –Osea que si Noah te pidiera que te lanzaras de un acantilado ¿lo harias? – pregunte dudativa.

    –Puede que eso sea algo exagerado, pero si en un caso hipotetico, el principe es quién cae por un acantilado, no dudaria ni un segundo en lanzarme.

    Se notaba que Alek era fiel a Noah t a sus ordenes, ya que la orden de no perderme de vista la estaba cumpliendo mejor que nadie, y era irritante.

    –Por lo que veo, no dudarias en cumplir cualquier orden que te de Noah, ¿no es asi?

    –Es mi deber – dijo severo.

    –Al menos podrias decirme porque el “principe” – hice un gesto de comillas – no quiere que salga del palacio, porque supongo que a ti te explico la razón.

    Alek se quedo en silencio un buen rato, ni siquiera se volteo a verme. Por un momento dude que me daria alguna respuesta.

    –No se si deba decirte – dudo unos minutos – pero Noah solo quiere protegerte.

    –¡¿Que?! ¿De que se supone que quiere protegerme? – lo mire de manera incriminatoria – ¡Explica!

    Alek se volteo finalmente y me miro a los ojos de forma intimidante.

    –Eso no creo poder aclarartelo – su voz sono algo incredula – claramente el príncipe Noah no me impidio darte una explicacion o algo por el estilo, pero pienso que lo mejor es que el lo haga directamente.

    –No es algo que me viese gustado oir – dije hastiada – pero supongo que por mas que insista no me lo diras ¿verdad, Alek?

    Aleksander solo me sonrio sutilmente, el y yo habiamos congeniado bastante bien, por mucho que no molestara la idea de que me siguiera a todas partes, era muy agradable estar en compañía de él, siempre le gustaba hacer bromas a los demas guardias, contaba chistes muy malos pero de todas formas me hacian reir.

    –Y dime – inqueri – ¿como fue que te hiciste guardia real Noah?

    –Es una larga historia…

    –Bueno, por si no lo has notado – dije con algo de sarcasmo – hay mucho tiempo, a no se que tengas otras cosas que hacer.

    –Es verdad ¡¡¡jajaja!!! – rió con gracia – bueno, todo comenzo cuando yo era tan solo un niño – comento.

    –¿A que edad exactamente?

    –Fue cuando yo tenia alrededor de seis años, mas o menos – dijo como recordando aquellos tiempos – mi padre en ese entonces era guardia real encargado de la seguridad del reino.

    –¡Vaya!, entonces tu padre es tu inspiracion, seguiste sus pasos.

    –Si, el era mi hereo en ese entonces – dijo con sus ojos llenos de melancolia.

    –¿En ese entonces?¿paso algo entre tu y el? – pregunte.

    –El fallecio durante la guerra que se vivio con el reino vecino – dijo con tristeza.

Reino de luz y sombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora