Un Amor Perdido (En Edición Extrema)

capítulo 2

NARRA JONATHAN

Luego de darle la carta a Jonny, me metí a la sala de niños donde había escritorios regados. No entiendí porque no había alguien encargado ese día de los niños.

Abrí la puerta que dividía el minipasillo del baño y la sala de niño y me senté en el sillón que había al lado de la puerta. Respiré ondo, no pude creer lo que veía, pero ¿por qué la nota que le mando Ashley a Jonny tenía mi nombre de último?

La verdad no me importaba que ellos dos anduvieran, pero si que me alegraba, porque, el saber que, Ashley ya no quería nada conmigo, ya que estaba con Jonny. Pero lo que más me alegraba era que Jonny ya no quería estar más con Esther, y que andaba con Ashley. Bueno, de todos mis problemas, esos dos ya no torturarían mi cabeza.

Me levanté del sillón y fui a una puerta/ventana, que daba a la calle, mire a través de ella, un buen tiempo. La verdad, era que enfrente quedaba la casa de Esther, y tenía la esperanza de verla, en una de las ventana de su casa, pero, por desgracia, el vidrio de las ventanas de su casa eran polarizados, y no se veía nada.

__Jonathan __escuché una voz, que sin duda reconocía. Aparté mi vista de la casa de Esther y la enfoque en Jonny, que a su costado estaba Ashley.

__Hola __saludé y volvi mi vista al hogar de la chica, que pronto tendría que ser mía.

__No finjan que no acabas de enterarte de lo que hay entre nosotros __dijo Ashley con un tono enojada.

__De que se quieren acostar, no me importa, la verdad __contesté con simpleza, pues era verdad, no me importaba.

__Solo venimos a pedirte que no le cuentes a nadie, por favor. Te compraremos un refresco __se interpuso Jonny.

__Muchas gracias por la "gran oferta" __dije en un tono sarcástico, y haciendo énfasis en la palabra "gran oferta". Yo seguía sin apartar la vista de la casa de Esther__. Pero tranquilo, sé que lo que ustedes están a punto de hacer, es algo que no se le debe contar a cualquiera __di la vuelta, para verlos de frente__. Así que, pueden estar tranquilos, no se lo diré a nadie.

No esperé que me contestaran, sólo crucé la puerta de la sala de niños, dejándolos solos, baje las escaleras y volví a mi asiento.

NARRA ASHLIE

Después de ir a hablar con el tonto de Jonathan entré de nuevo a la oficina, saque mi lima y comencé a limarme las uñas, mientras masticaba goma de mascar.

Odiaba a Jonathan, pero lo amaba. Si, algo complicado de entender, hasta para mí, pues, ¿cómo odiar a alguien que amas? Y pues, yo no lo odiaba realmente, sólo sentía rencor hacia él, porque no importase que hiciera o le dijera, él nunca fijaba su atención a mí.

Un día, le entregué un regalo, era un arma de juguete, que Mary, mi única amiga, me había contado que el quería. Saque mis ahorros, con los que me iba a hacerme un cambio de look en mi cabello, pero no me importó, porque, según, era para Jonathan.

Compré el juguete, le puse en una caja que yo misma decoré con todo mi amor, pero nada de eso valió la pena. Jonathan rechazo el regalo.

Ese día sentí un nudo en la garganta, era humillante haber gastado mi dinero, mi tiempo, mi amor en ese regalo, para que él, no lo varorase ni un poco. Ese día me metí al cuarto de lavado, en ese cuarto que estba en el segundo piso, se podía ver el cielo, que estaba despejado, y comencé a llorar como nunca. Me arrepentía de muchos errores que había cometido en mi vida, pero ninguno fue tan catastrófico como haberme enamorado perdidamente de Jonathan.

Cuando estaba el cuarto de lavado, viendo las pocas estrellas que había esa noche, con mis lágrimas continuamente cayendo de mis ojos, entró Jonny, un chico con el que tenía esperanza, que conquistara a la zorra de Esther y me dejase el camino libre para poder estar con Jonathan, pero eso nunca sucedió.