Capítulo 29 · Vaquerita.

828 50 3
                                    

➤EMILY ·


Seguía escuchando a Omar desde el teléfono de casa. Su voz cambiaba, iba de coqueto a arrogante en par de segundos, su risita era cada vez más traviesa y juguetona, yo moría por verlo a la cara y tener esa sonrisa frente a mi rostro, respirar su aliento o simplemente tenerlo pegadito a mi y sentir ese rico calorcito que su cuerpo me transmitía.

«Esa cabrona vino por un segundo round pa’ jugar dominó, la primera vez le gané yo como siempre... Yo siempre gano, tú sabe’ mami.»

—El tan solo escuchado “ella quiere un segundo round” me volvió loca, te juro que si yo te tuviera enfrente...

«Me lo estarías mamando, bien mamao’.»

—Omar...

Los dos nos reímos, él mucho más que yo —era evidente que quería hacerme olvidar el mal rato con esas boberías—, aunque yo seguía preguntándome miles de cosas, imaginándome de todo, menos a Omar y esa estúpida jugando dominó.

—En verdad, te diré lo que pienso... Tú la vas a invitar a jugar dominó, yo en cuatro horas estoy en Miami, ¿okay? Y por Dios, Omar.

«Mami, no...»

—¡Escúchame! Ya yo estoy haciendo las maletas y salgo para allá, no me importa nada, ¿okay?

Se rió.

—No es juego, tú eres mío.

«Completamente, de eso no hay duda... Yo soy tuyo desde esa noche en esa discoteca, obligao’ mi amor, quedé juquiao’ de esa cinturita y el booty que tú llevas por ahí.»

—No pienses que con esas palabras ya yo estoy feliz y se me olvidó lo que dijo Taly.

«Volvió la nena mordía’... Acho’ que rico se siente que pelees por mi.»

Esta vez, la que se rió a carcajadas fui yo.

—Deja eso, que estoy quieta en casa... Mordía’ al cien mil por cierto, pero confiaré en lo que dices, te voy a creer porque ya no soy aquella loca que peleaba a puños por ti.

«Y agradezco eso porque siempre me metías en problemas por esa mala conducta, baby... Aunque pa’ serte bien sincero, el día que desapareciste fue lo primero que extrañé de ti, tus peleas y los gritos.»

No dije nada, inhalé hasta llenar mis pulmones y Omar siguió hablándome.

«¿No me vas a decir nunca qué fue lo que te hicieron? ¿No crees que yo merezca saber un poquito de lo que pasó? Sabes que yo no diré na’...»

—Es un tema muy fuerte para mi, pero sí... Voy a decirte todo lo que me pasó, cuando vuelvas.

«Okay, baby. So, ¿quieres seguir con lo de hace rato?»

—Esa voz seductora, me encanta —gemí sonriendo como una maldita sucia, tocándome los senos—. No sé como carajo’ vamos de una conversación a otra pero puñeta, me encanta.

«Guarda esa malas palabras pa’ cuando esté contigo, me hables malo y castigarte, mami.»

—¿Merezco que me reprendas, papi?

SOMOS EX ‹ OMAR COURTZ ›.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora