(10) Noche de películas

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Nos terminamos separando por falta de aire, y solo miro a Matías, esperando que me dijera algo. Se podía ver un poco más calmado, pero aún llevaba ese enojo reflejado en sus lindos ojos.

- ¿Me vas a decir qué pasó?

- ¿Cómo es eso de que estás con Enzo? - Pregunta Matías con un tono serio, como si ni siquiera se hubieran besado hace poco.

- ¿De qué hablas, Matías?

Te alejaste un poco de él.

- No te hagas la que no sabes.

- No tengo nada con Enzo, no sé de qué hablas - Sí, estaba mintiendo, pero no pensaba admitirlo tan fácilmente.

Desvié la mirada de sus ojos, los cuales me daban escalofríos. Su mirada estaba fijada en mi, esperando una respuesta o explicación.

- Solo dime si es verdad.

No respondí a la pregunta y seguías sin mirarlo. Era como si lo estuviera ignorando, pero realmente solo pensaba en la forma de no lastimarlo o hacerlo sentir mal, aunque claramente ya lo había hecho, y todos esos pensamientos fueron en vano.

- Mírame a los ojos cuando te hablo - Matías me agarra de la mandíbula, haciendo que lo mire a los ojos.

- ¿Te acostaste con Enzo o no? - Pregunta sin soltarme y mirándome a los ojos.

- Sí, Matías, sí, me acosté con él - Digo un poco alterada, haciendo que Matías me suelte.

Matías solo suelta un suspiro y vuelve a hablar.

- Sabes, no te diré nada. Solo te pediré que lo nuestro siga por donde iba, y si de verdad te enamoras de mí, dejes ese vínculo de más que tienes con él - Dice ya completamente calmado pero serio

El ambiente se vuelve tenso mientras me pierdo en la mirada profunda de Matías. Sus ojos y labios me atraen de una manera irresistible, generando una mezcla de nerviosismo y deseo en mi interior. Siento la urgencia de besarlo nuevamente, de sentir esa conexión y pasión que solo él puede despertar en mi.

Sin poder resistirme más, me acerco lentamente a él. Rodeo su cuello con mis brazos acercándome aún más a su cuerpo. Puedo sentir su calor y su cercanía, lo que aumenta mi deseo de tener sus labios junto a los míos una vez más. Nunca antes había experimentado una sensación tan intensa y apasionada, excepto en este momento.

- ¿Me vas a besar o no? - Dice Matías mirándome con una sonrisa en el rostro.

Me acerco lentamente hacia él, sintiendo cómo la emoción crece en mi pecho. El beso fue tan increíble como el anterior, pero esta vez fue diferente. Fue menos desesperado y más delicado, lleno de ternura y pasión. Cada roce de sus labios contra los míos me hacía suspirar de placer y me dejaba sin aliento.

Sentías cómo su mano se posaba en mi cintura, apretándome con fuerza pero con suavidad al mismo tiempo. Me acercaba a él, como si no quisiera soltarme ni por un segundo. La intensidad del momento me hacía sentir como si estuviera flotando en las nubes, completamente perdida en el éxtasis del beso.

Cada caricia, cada mordisco juguetón, me hacía desear más y más. El placer recorría todo mi cuerpo, haciendo que mis sentidos se agudizaran y me sumergiera aún más en ese mundo de sensaciones. El tiempo parecía detenerse mientras me perdía en sus labios, en su tacto, en el calor de su abrazo.

- Yaa pero weon, estoy hace rato esperando como weon a que entres, están las palomitas klias hechas hace rato y ya se han besao' como do' vece', corten el weo po.

Grita mi hermano desde la ventana, nosotros nos alejamos y Matías se empezó a reír, quería matar a Diego en ese mismo instante.

- Wacha, después hablamos ¿va? Te dejo tranquila.

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