Una vida y mil vidas unidas por el destino, pero no siempre nos encontraremos primero y no siempre nos amaremos desde el principio.
Quizá pasemos por muchas dificultades y deba demostrar mi valía ante ti, pero créeme que hare lo posible por verte fe...
Estaba incrédulo de lo que escuchaba pues mi padre me hubiese contado lo que paso ese día después de que ellos se reencontraron pero por alguna razón el lo oculto y no solo de mi si no de todo el cuerpo de exterminio.
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—Y estas segura?—
—Si, lo tengo en la mente tan claro como si lo estuviese viviendo en este instante... Esa noche que conocí a Shinjuro había cazado un siervo, de ser sincera el sabor era horrible pero ya estaba resignandome a que era lo mejor que conseguiría para comer, en eso escuche el choque de las katanas fuera del templo donde me escondía, tú padre era tan increíble como tu peleando y en cuanto me vio tendió su mano para ayudarme, el no se había dado cuenta de la clase de creatura que era y me aproveche de eso para atacarlo y así morderlo... Dios!! Su sangre era deliciosa, el calor de ese liquido embriagante me tenía ida pero cuando me separe de su cuello y vi sus ojos llenos de miedo pude notar que estos miraron hacia su mano izquierda en la cual traía una foto de tu madre esperándote a ti y él a su lado, creo que jamás me sentí tan miserable y solo pude pedirle perdón hasta que fui apuñalada por otro cazador— Sus lagrimas caían sin control alguno mientras miraba al paisaje y jugaba nerviosa con sus manos las cuales tomé entre la mías y dije tranquilo.
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—Y que paso después?—
—Después desperté hatada de manos y pies, mirando al rededor pues creo que estaba algo desorientada, cuando más o menos supe donde estaba tu padre se acercó y comenzó hablar conmigo, dijo que ahora era parte de su familia, que su sangre corría en mis venas y que debía cuidar de ustedes como ustedes cuidarían de mi, tras esas palabras un enorme calor me invadió y luego caí en un vacío, cuando volví a verlo yo sentía esa necesidad de estar con el, algo me decía que debía cuidarlo y cuando conocí a tu madre pasó lo mismo, el bebé que ella llevaba en su vientre me llamaba insistentemente, era algo gracioso sabes creo que tu y yo estabamos destinados tanto así que por eso estamos aquí... Yo soy la guardiana de tu familia y fui sellada de alguna manera por la sangre qué corre en ti, pero hoy llegó el momento de irme Kyo!!—
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