Don't leave me- Anthony Lockwood

Capitulo 10

Lucy

Llegué tarde a casa, después de estar con Ethan. Cuando llegue a mi habitación me sorprendió no ver a Amelia en la cama. Supuse que se quedó hasta tarde leyendo en la biblioteca y se quedaría dormida.

Me cambié al pijama y me recosté en la cama. Saque el anillo de Anabelle(la fantasma) de uno de los cajones de la mesita de noche.

Lo observe durante un rato asta que me quede adormilada y se me calló. No le di importancia y cerré los ojos. Comencé a sentir que la temperatura de la estancia bajaba cada vez más, eso era raro.

De repente sentí un resplandor flotando encima mio acompañado de un frío punzante en mi cuerpo.

Abrí los ojos lentamente confirmando el peor de mis pensamientos.

La fantasma estaba allí, mirándome fijamente, completamente inmóvil, estática en el aire. En su rostro tenía una expresión de dolor desalentadora.

—Por favor déjame, solo quiero ayudarte.

Espere unos segundos para ver si hacía algun movimiento para escapar. Intentaba contener el miedo aún sabiendo que estaba aterrada.

—Por favor no me hagas daño.

De un momento para otro la joven encima mia hizo un movimiento brusco y comenzó a gritar.

Aproveche el momento en el que se hechó momentáneamente a un lado para saltar de la cama y ponerme en pié dirección a la habitación de Lockwood pegando un portazo para que la fantasma no me siguiera.

Baje rápidamente las escaleras y nada más llegar a su puerta toque rápidamente y abrí.

La escena me sorprendió, vi a Anthony dormido, y sin camiseta, abrazando a Amelia por la cintura. ¿Que hacían esos dos durmiendo juntos?

Bueno, eso ahora no importaba. Me acerqué rápidamente a una esquina de la cama y tire del edredón para destapar a los dos chicos que dormían plácidamente sin saber del fantasma en la habitación de arriba.

—¡Lockwood!¡Amelia!Despertad.— los recién nombrados se separaron del abrazo y se incorporaron lentamente aún adormilados— Está aquí.

—¿Que estás diciendo Lucy? Mejor vete a dormir creo que empiezas a tener alucinaciones.

Cogí una camiseta de la silla al lado de la cama y se la lance al chico que ya abría los ojos.

Mi amiga volvió a tumbarse y se dió la vuelta para darme la espalda y seguir durmiendo.

El chico reaccionó a las palabras que había dicho anteriormente.

—Lucy. ¿Quién dices que está en casa?

—La fantasma de Anabelle Ward, el fantasma de la calle Simp. ¿Y tu bolsa de trabajo?

El chico abrió enormemente los ojos para rápidamente levantarse y coger la camiseta que le había lanzado.

Amelia se levantó de un salto con una expresión como si hubiese visto un fantasma, irónico ¿no?

—Lucy, coge las botas y lánzaselas a la puerta de George.

Confundida cogí las botas que me señalaba el chico mientras mi amiga iba respirando cada vez más rápido, mientras se iba poniendo cada vez más pálida.

Amelia

Me levanté asustada por lo que acababa de decir Lucy.

¿Cómo que había un fantasma en casa?

Esto no podía estar pasando. No otra vez. No, no, no, no.