Han pasado tres años, cuatro meses, dos días y un par de horas desde el primer momento en que lo vi.
El chico más hermoso que he visto.
La ruina absoluta de mi existencia.
Adaptación del libro "A Millon Kisses In Your Lifetime"
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pasé el resto del fin de semana en una agonía silenciosa, pensando en Jimin con el imbécil de Jake, en la cena del sábado por la noche, bromeando, riendo y olvidándome por completo.
Porque eso es exactamente lo que parece.
Él nunca se acercó otra vez. No después de que lo dejamos en su casa y corrió adentro sin mirar atrás.
Ni el domingo cuando traté de llamarlo.
Y solo lo llamé una vez.
Un Min no persigue. No suplicamos y no preguntamos qué está mal.
Él puede venir a mí.
Es lunes por la mañana y estoy en mi lugar habitual, apoyado contra la pared en la entrada principal de la escuela, Hoseok y Namjoon a cada lado de mí. Natalie está con nosotros, coqueteando con Hoseok mientras me mira de vez en cuando, pero la ignoro.
Namjoon se queja de sus padres.
Mientras espero a que aparezca mi pajarito. En otras palabras, nada ha cambiado.
Siento que he cambiado, aunque nadie puede verlo. Besar a Jimin en la parte trasera del auto... los sonidos que hacía.
Lo receptivo que fue él. El sabor de su boca. La provocación tentativa de su lengua.
No puedo dejar de pensar en ello.
No puedo dejar de pensar en él.
—Cristo, estás de mal humor esta mañana. —dice Namjoon de repente, sus palabras dirigidas directamente a mí.
—Estoy de acuerdo. —agrega Hoseok.
—Ni siquiera he dicho mucho. —murmuro, apoyando mi pie contra la pared, siempre alerta de que alguien en concreto haga su aparición.
—No tienes que hacerlo. Tu negatividad es literalmente una nube oscura que está sobre ti.—dice Namjoon.
—Oooh, tan descriptivo. —dice Natalie, su mirada apreciativa mientras evalúa a Namjoon. —¿Por qué nunca hemos salido antes?
—Estás demasiado ocupada tratando de subirte a él. —Namjoon agita una mano hacia mí.
—Oye. —Hoseok toma la mano de Natalie y la toma entre sus brazos. —¿Qué hay de mí?
Está demasiado malditamente necesitado.
Es por eso que ella no está interesada en él.
Él podría aprender una cosa o dos de mí.
Cuanto más ignoro a Natalie, más parece desearme.
No es que la quiera.
—Oh, no te he olvidado. —Natalie se ríe, el sonido me crispa los nervios. —¿Quieres saltarte el primer período? ¿Volver a mi dormitorio?
