Seis

927 110 7
                                    

Hago mi camino de regreso a mi habitación privada, agradeciendo por el privilegio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hago mi camino de regreso a mi habitación privada, agradeciendo por el privilegio.

Aunque no tengo mucho tiempo para disfrutar del silencio porque mi teléfono comienza a sonar, sobresaltándome. Papá aparece en la pantalla y me doy cuenta con un sentimiento de culpa que nunca lo llamé después de que envió ese mensaje de texto.

—Lo siento mucho, papá. Se me fue el día. —es como respondo. Su risa es cálida, haciéndome sonreír a pesar de lo agitado que todavía estoy por la confrontación entre Chan y Minnie. Y yo, supongo.

Nunca había estado involucrado en algo así antes en mi vida, y fue desconcertante.

—Escuché del jefe del Departamento de Historia del Arte en Columbia.— Mi corazón se eleva y se hunde, todo al mismo tiempo.

—Oh.

—¿No quieres saber lo que tenía que decir?— Ya lo sé. Se muere por que yo asista allí. Gracias a mi padre pidiendo un favor.

—¿Que dijeron?— Mantengo mi voz ligera y burbujeante, exactamente como él quiere. Su dulce y feliz hijo, que haría cualquier cosa por su papá. Él se siente exactamente de la misma manera. Cuando le conviene.

—Te quieren, cariño. Estás dentro. —dice, rebosante de orgullo. 

—Vaya. Eso es genial —digo, mi voz débil. Me acomodo en la silla de mi escritorio, mirando por la ventana cercana que da al campus. Hay algunos estudiantes dando vueltas, aunque no puedo distinguir quién es quién. Todos se ven iguales, ya que todavía están, en su mayoría, en uniforme.

—No pareces feliz, Calabaza. —Puedo escuchar la decepción en su voz. —Pensé que Columbia es donde más querías ir.

Nunca dije eso.

Siempre estuve de acuerdo con él cuando habló una y otra vez acerca de lo grandiosa que es la universidad y que tienen un sólido programa de arte.

No es que quiera ser artista, más bien quiero estudiar arte. Algún día, me encantaría trabajar en una galería o museo. Tal vez incluso tener mi propia galería de arte, donde podría descubrir artistas emergentes y apoyarlos. Ese es mi sueño, y mis padres lo saben. También lo alientan, aunque no creo que crean que yo podría hacer algo por mi cuenta.

Estoy seguro de que solo me están complaciendo.

Los motivos de papá no son para mí, sino para él mismo. 

La Universidad de Columbia está demasiado cerca. La ciudad de Nueva York significa que no hay escapatoria porque ahí es donde vive mi familia. Donde crecí.

Quiero algo diferente.

Lejos.

Nunca sucederá si mi padre tiene algo que decir al respecto.

—Estoy emocionado. En realidad. —Infundo emoción en mi voz, esperando que pueda detectarlo. —Muchas gracias por hablar con ellos. No puedo esperar a ver dónde más entro.

A Millon Kisses in Your LifetimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora