-prologo-

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El sol filtraba sus rayos dorados entre las ramas de los árboles, creando un juego de luces y sombras que danzaban sobre el suelo cubierto de hojas secas. El bosque se extendía ante mí, una masa de verdor y misterio que parecía llamarme con una voz susurrante.

Había decidido escapar de la opresiva rutina de la ciudad, de las miradas compasivas y los susurros de lástima que me seguían a donde quiera que fuera. Mis padres ya no estaban, y la casa vacía resonaba con el eco de mis propios pensamientos.

Cogí las llaves del coche y conduje sin rumbo fijo, dejando atrás los edificios grises y las calles abarrotadas. Quería perderme en la vastedad del bosque, sumergirme en la naturaleza salvaje y olvidar, aunque fuera por un instante, el peso de mi soledad.

El camino serpenteante me llevó cada vez más lejos de la civilización, hasta que finalmente, llegué a un lugar donde el silencio era absoluto y solo el susurro del viento entre las hojas rompía la quietud.

Me adentré entre los árboles con paso vacilante, dejando que mis pensamientos vagaran libres mientras el sol se ocultaba lentamente en el horizonte. Pero pronto, una sensación de inquietud comenzó a apoderarse de mí, como si algo acechara en las sombras, observándome en silencio.

Intenté ignorar la sensación, concentrándome en el murmullo reconfortante de la naturaleza a mi alrededor. Pero cada crujido de una rama, cada susurro del viento, parecía susurrarme que no estaba sola en aquel bosque.

Decidí regresar al coche, pero al girarme, me di cuenta de que había perdido el camino. La oscuridad comenzaba a envolver el bosque, y una sensación de pánico se apoderó de mí. ¿Cómo iba a encontrar mi camino de vuelta a casa en medio de esta maraña de árboles y sombras?

Entonces, un sonido entre los arbustos me hizo girarme bruscamente. Y allí, entre las sombras, apareció una figura que me heló la sangre: un chico, cubierto de sangre y con una mirada llena de secretos oscuros.

-hola- dije desconfiada de aquel chico.
El no contestó solo se quedó quieto mirándome fijamente,un escalofrío recorrió mi espalda di un paso para acercarme y al ver que no se movió seguí caminando hasta llegar delante de el.

- me llamo jane y tu como te llamas?- pregunte curiosa el chico no dijo nada, derrepente se remango la manga y me enseño un tatuaje donde ponía 'caleb' oh ya se el se llama caleb pero porque no me lo dice, ¿tanto le cuesta hablar?

- acaso te como la lengua el gato y por eso no hablas- dije para cortar el silencio que se había formado entre nosotros. El negó y sonrio de lado, otro escalofrío me volvió a recorrer, no confiaba en el pero mi curiosidad iba más allá que la propia confianza.

-¿porque tienes sangre por todos lados?- seguí pregjntando curiosamente.

-acaso no ves que estoy herido- dijo de repente susurrando con su voz ronca.

me quedé sorprendida al escucharlo hablar su voz era sería y seca parecía ser un chico de pocas palabras.

-oquieres que te lleve a tu casa oh prefieres ir al hospital- le sugiero pero el negó de repente cosa que me dejo confusa, ¿como no va a querer ir a casa o al hospital?

el me agarró del brazo, sin poder rechistar empezó a caminar arrastrándome.

-vas hacer el esfuerzo de caminar un poco más rápido o quieres que te lleve a rastras- dijo seriamente mirando hacia delante siguiendo su camino.

-¿a donde me llevas?- intente sacar su mano de mi brazo pero el intento fue envano, su agarre se hizo más fuerte haciéndome gemir de dolor.

-de vuelta a tu coche, no es que querias irte, estas perdida y estoy haciendote el favor de llevarte de vuelta-

derrpente empezó a llover y aló lejos vi mi coche rojo mojandose por la lluvia.

nos paramos enfrente al coche, estaba totalmente confusa ¿como el sabía donde está mi coche y que estaba perdida?

sin darme tiempo a decir algo el se dio la vuelta dispuesto a irse, dejándome sola enfrente de mi coche mientras me mojaba por la lluvia que caía.

-te vas a quedar solo aquí en medio del bosque- pregunte gritando por lo lejos que estábamos, el se giro y me miró con una sonrisa que parecía ser siniestra,
al verlo dar un paso hacia delante yo di un paso hacia atrás asustada.

Joder jane en qué te has metido

Al parecer noto que estaba asustada y volvió a darse la vuelta sin decir ni una palabra, cuando iba a subir en mi coche lo escucho decir.

-será mejor que ala próxima tengas cuidado- mientras soltaba una risa que con escucharla me producía un terror terrible, sin pensarlo dos veces subi a mi coche y fui de vuelta a casa.

seducción macabraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora